sábado, 11 de marzo de 2017

Varieté de ilusiones: Gracia y buenas interpretaciones en una propuesta para toda la familia

SIGUIENDO CON LA CELEBRACIÓN DE SU 40.º ANIVERSARIO
EL GRUPO DE TITIRITEROS DEL TEATRO SAN MARTÍN 
NOS PROPONE UN REENCUENTRO CON AQUELLOS ARTISTAS 


La versión de Myrna Cabrera y Lucila Mastrini recrea una de las líneas estéticas preferidas por el maestro Ariel Bufano, y está sostenida en logradas actuaciones y un singular diseño de títeres y vestuario.
Suspendida en los años ’30, en un viejo teatro con telón  de terciopelo, Cirilo Nubes (de impecables frac y calzado) presenta a los artistas. El hombre, entrado en años, de profesión pianista, le pone prestigio a una sucesión de números increíbles y no tanto. Lo acompaña, a su pesar, otro presentador, que surge del historial de la propia compañía: un grillo azul, que habita el antiguo piano y que es tan entusiasta como el mismísimo anfitrión. El diseño de estos títeres  genera un contrapunto muy interesante. De gran tamaño el uno, de formato diminuto el otro, conforman una dupla naturalmente creíble. Ambas interpretaciones son sobresalientes, desde la vida que otorgan hasta las penetrantes voces, que transmiten la esencia de los personajes.
Comienza la función y el desfile esperado del elenco trashumante: las niñas Shirley y Temple. Con rizos dorados y brillantes pasos de zapateo americano, imitan a la adorable actriz y bailarina estadounidense, que a la edad de 6 años ingresó a la historia del cine. Les siguen las perros acróbatas: Jorge, perezoso en sus habilidades; Raúl, más vanidoso que eficiente, y por último, la aclamada Marta… Desde su exquisita acrobacia, inferimos que fue diva en las alturas y hoy tiene el respeto ganado por toda la farándula. En este número, se subraya un alto grado de sintonía en los modos de articulación entre dos titiriteros para Marta. 
►Carlos Furman

Siguen las bailarinas, articuladas desde figuras planas en una coreografía irreprochable, que las multiplica. Como todo espectáculo de variedades, no puede faltar el acto que agrega un clima de riesgo y suspenso. Cirilo entonces, se esmera en presentar al clavadista y contorsionista  Willy Agudo, que como muchos artistas de antaño, pone garra y pasión a la pericia, aunque no siempre resulte exitosa. La manipulación directa y compartida de este títere conquista el asombro de la platea, sobre todo el de los pequeños. El ilusionista también es convocado al escenario, para aplicar consabidos dones  mágicos aunque siempre bienvenidos.Trucos bien resueltos, por medio de objetos y recursos de iluminación.  
Probablemente, el ribete de oro de todo el varieté lo alcancen las cantantes Mimí y Lulú. Con apodos tan legendarios como los años que portan, comparten diálogos cómplices y se esfuerzan por expresar la gloria que tuvieron. Empeño que asoma a través de la técnica de manipulación, especialmente en el alargamiento de sus cuellos para el rescate de aquellas voces.
La puesta tiene el inmenso valor de estar escrita y dirigida por nuevos directores de la Escuela de Titiriteros, con el agregado de su impronta y la capacidad ilusionista de sus intérpretes. ⧫

Opinión: buena
GRUPO DE TITIRITEROS DEL TEATRO SAN MARTÍN
Cirilo/Mariano Pichettto
Grillo Azul/ Silvia Galván
Willy Agudo/ Ivo Siffedi• Myrna Cabrera• Olavia Paz Campos
Shirley y Temple/ Olavia Paz Campos• Florencia Svavrychevsky •Lara Liebenthal•Johana Mizrahi
Perros Acróbatas: Olavia Paz Campos•Lara Liebenthal•Johana Mizrahi• Florencia Svavrychevsky
Bailarinas: Lara Liebenthal•Johana Mizrahi• Florencia Svavrychevsky
Orquesta: Myrna Cabrera
Mimí y Lulú: Johana Mizrahi•Lara Liebenthal
Ilusionista: Myrna Cabrera•Ivo Siffredi
Galeras y trucos: Lara Liebenthal•Johana Mizrahi• Florencia Svavrychevsky •Olavia Paz Campos
Caja misteriosa: Lara Liebentha•l Ivo Siffredi
Mariposa con Cirilo Nubes y pequeño pianista: Florencia Svavrychevsky
Coordinación de producción: Galo Ontivero
Asistencia de dirección: Mariana Elizalde
Musicalización y música original: Paula Vargas
Diseño de iluminación: Omar San Cristóbal
Diseño de títeres y vestuario: Nat Filippini
Diseño de escenografía y realización de objetos:  Victoriano Alonso•Cristóbal Varela Salas
Realización de títeres: Alejandra Farley • Katy Raggi •Florencia Svavrychevsky
Fotografía: Carlos Furman
Dirección: Myrna Cabrera •Lucila Mastrini
Dirección artística: Adelaida Mangani
Domingo 12 de marzo, 11 h: última función
 Teatro de la Ribera (Av. Pedro de Mendoza 1821)

martes, 7 de marzo de 2017

Enamorados a primera vista





EL GRUPO DE TITIRITEROS DEL TEATRO SAN MARTÍN
SE LUCE EN UNA PUESTA DE EXPRESIVIDAD ROTUNDA

Los clásicos tienen esa fascinación de poder volver una y otra vez a sus páginas, sin perder el sabor de sus textos. Si bien no existe la sorpresa, las diferentes maneras de contar una buena historia recapturan el asombro del espectador. Tal es el caso de Romeo y Julieta, del imbatible William Shakespeare, en la versión para títeres de guante, adaptada y dirigida por Ariadna Bufano e interpretada por el Grupo de titiriteros del Teatro San Martín. Claramente, abordar con esta técnica el relato de los enamorados de Verona, atravesados por el odio familiar entre los Montesco y Capuleto, es todo un desafío tanto para sostener el desarrollo de las acciones dramáticas, como para el discurrir de los largos y líricos parlamentos. Paralelamente, se suma una puesta en escena armada no precisamente en un pequeño retablo, sino en un gran escenario como lo es el Regio. Un poco a modo de homenaje al propio Ariel Bufano, quien formado con su maestro Javier Villafañe, fue un poco más allá del espectáculo ambulante para atreverse con los títeres en los grandes teatros, la puesta sigue esa línea transgresora de trabajo. Incluye además, Maese Trujamán, presentador respetuoso tanto con el público como con los intérpretes, y muy a tono a la hora de introducir y cerrar la tragedia.

Títeres con historia:
Con el diseño de Maydée Arigós, aquellas figuras que animaron la misma historia, con la impronta de Tito Loréfice (2003/ 2006) –intérprete excelso en la trayectoria del Grupo–, regresan a contarla bajo formas pretéritas, y producen una experiencia muy poderosa en el espectador. Por un lado, porque –restauración mediante– reviven y evocan la idea de que el títere nunca muere. Por el otro, porque se resignifican a través de nuevos herederos de la estética.
Ariadna Bufano elabora una adaptación preciosista. Para empezar, el espacio escénico está despojado de escenografía, por lo cual, la función en los modos de iluminación y música, es estrictamente relevante para narrar. El juego corporal de los intérpretes es muy importante y atractivo, ellos forman los diferentes retablos con sus cuerpos arropados y encapuchados de negro. Hay unidad entre títere y titiritero. Éste le presta su corporalidad no sólo para la técnica elegida: las manos de los intérpretes cubren el rostro de Romeo, cuando llora a su amada, o simplemente se ahuecan para que Julieta duerma un sueño eterno. La luz puede mostrar el rostro del manipulador (que sufre o ríe tanto como el personaje que articula), sin competencias entre uno y otro, rasgo que le otorga a los personajes una expresividad concluyente. Así, las emociones de los frágiles amantes se disparan más allá de las palabras y acciones, entre un vestuario de época y el valor simbólico de sus cabellos rojos y azules. 
► Carlos Furman

La versión hace su anclaje en la pasión de los jóvenes y la extiende al espectador por sobre los protagonistas, de modo de identificarse en Romeos y Julietas actuales, en el intento de vivir sus sentimientos, sin la mediación de los mandatos adultos ni mucho menos las prohibiciones, que sólo logran apurar los tiempos y desatar tragedias. Nadie sabe hasta dónde hubieran llegado estos encendidos corazones, si Montescos y Capuletos no hubieran interferido. Romeo hubiera sucumbido ante otro ‘amor a primera vista’, como lo fue por Julieta, olvidando al instante su gusto por Rosalinda? Y la enamorada niña, a punto de cumplir los 14, tocada por el mismo repentino amor, hubiera buscado la prestancia y solidez de algún otro Paris? Sólo sabemos y Shakespeare lo expresa maravillosamente en la obra, que al deseo hay que otorgarle la libertad de fluir. 
El final de esta historia, que no pasa por alto casi ninguna escena de la original, donde muchos de los titiriteros encarnan a un mismo personaje con igual solvencia, es contundentemente poético y deja en la platea, la huella de un Grupo que está cumpliendo 40 años en la escena. Orientada para espectadores a partir de los 8 años, que pueden encontrar deliciosos diálogos y la diversidad de los perfiles shakespearianos, que tienen además, la valiosa oportunidad de explorar el autor inglés desde el teatro, para luego bucear las páginas del libro. ⧫

Opinión: muy buena
GRUPO DE TITIRITEROS DEL TEATRO SAN MARTÍN
Maese Trujamán/ Esteban Quintana 
Julietas/ Lorena Azconovieta• Myrna Cabrera• Julia Ibarra• Leticia Yebra• Olavia Paz Campos
Romeos/ Victoriano Alonso• Esteban Quintana• Emmnanuel Abbuzzese •Ivo Siffredi
Amas/ Julia Ibarra•Lorena Azconovieta• Leticia Yebra• Myrna Cabrera
Madres Capuleto/ Leticia Yebra• Olavia Paz Campos•Julia Ibarra
Benvolios/ Emmnanuel Abbuzzese• Victoriano Alonso
Mercuccio/ Ivo Siffredi
Teobaldo/ Esteban Quintana
Fray Lorenzo/ Mariano Pichetto
Padre Capuleto y Fray Juan/ Mariano del Pozzo
Baltazar/ Esteban Quintana
Sirviente/ Myrna Cabrera
Paris/ Mariano Pichetto
Coordinación de producción/ Galo Ontivero
Asistencia de dirección/ Mariana Díaz•Ana Ortiz
Musicalización: Esteban Quintana•Ariadna Bufano
Iluminación/ Adelaida Mangani
Diseño de títeres/ Maydée Arigós
Fotografía/ Carlos Furman
Dirección/ Ariadna Bufano
Dirección artística/ Adelaida Mangani
Hasta el 8 de marzo, todos los miércoles a las 20 h
Teatro Regio (Av. Córdoba 6056)