miércoles, 12 de agosto de 2020

ALUMBRAR EL MUNDO


Un narrador niño nos invita en el comienzo, a sumarnos a una travesía fascinante hacia la música de todos los tiempos, desde sus primeras manifestaciones hasta las sonidos de nuestra contemporaneidad. Una pluma es nuestra guía y pronto nos transporta a la prehistoria, al descubrimiento de aquella flauta de hueso de animal y toda su sonoridad. El espectador queda sumergido en un escenario con actores titiriteros, muñecos y objetos sobre la técnica de teatro negro, un recurso poderoso para ingresar a universos mágicos. Más de setenta personajes conocerá a partir de cinco (y sólo cinco) intérpretes, que tienen la enorme tarea de animar este ambicioso espectáculo. ¡Música, Maestro! se propone y lo logra, revelar al hombre en el bello intento de iluminar su mundo a través de la música.
De la mano del Grupo Kukla, llegamos a la India, donde las cuerdas del bansuri, la tambura y el sitar nos devuelven una mujer con sugestiva máscara. Tres pares de brazos se asoman detrás de su figura y su danza es el de una diosa. Nos detenemos en Oriente y melodías populares chinas nos reciben en un cuadro de amable mixtura entre la actuación de actores y títeres en miniatura. Al son de la cítara, navegan sobre ondulantes aguas. Repentinamente, nos sorprende un dragón que se desplaza con gusto, para luego fragmentarse en cinco pequeños ejemplares, en una actuación estelar.
Un punto muy interesante del espectáculo es la diversidad de títeres y objetos a la hora de narrar. En general, discurren a través de la técnica de manipulación directa, un procedimiento que opera en la escena con gran libertad. Son personajes que nacieron para contar esto, sobre musicalidades y poco texto. El criterio de selección de los fragmentos musicales es acertado, se enfoca en grandes compositores e intérpretes en una edición de 440 producciones. Antoaneta Madjarova además de su largo oficio de titiritera, tiene una formación musical en su mochila. Realizó la carrera en Bulgaria, su país natal, por tanto, la música no es sólo una parte del todo sino un componente fundamental en sus creaciones.
  

Posibilidades infinitas
La percusión del derbake convoca el baile de una odalisca de singular corporalidad. Por un lado, se compone de la actuación de un actor y por el otro, sus extremidades artificiales son articuladas por un titiritero. Mitad actor y mitad títere. Esta técnica también germina cuando el viaje se detiene en el siglo XX, para caracterizar a Elvis Presley, y definitivamente, les otorga una alta gama de movimientos y su máxima posibilidad de expresión. 
El espectáculo aporta a la platea mucha información y lo hace en un clima de asombro creciente. La escenografía, ágil, potencia el desplazamiento y cambio de ambientación de una época a otra. Así, una iglesia se compone de simples objetos, iluminados puntualmente, para crear ventanas medievales y grandes tubos integran una figura central en el canto gregoriano: el órgano. Es el turno de la aparición de un instrumento interpretado con pies y manos, y es tiempo para que Guido D’Arezzo cobre vida en la escena, introducido por una voz en off que, a estas alturas, nos viene acompañando con referencias. Sólo las necesarias. Lo cierto es que este monje italiano resulta ser el responsable de la escritura musical. El “Aleluya” estalla en el coro para subrayar un júbilo universal. Y mientras las notas musicales se dibujan en el aire, la obra gana intensidad. Surgen los colosos de la música, empezando por Mozart. Encontramos a un pequeño Wolfgang Amadeus en su cuarto, con aquellos juguetes que claman tanta ¡imaginación! Y al niño le sobra. Juega y compone en su piano, más allá de toda regla impuesta por autores ya consagrados. Dos figuras lo vigilan de uno y otro lado, a partir de dos caras enmarcadas en retratos de pared. Mozart cada tanto, les arroja algunos objetos con contundencia: toda una mueca surrealista que señala la rebeldía de un grande frente a lo  instituido. Y vendrán las sonatas, las sinfonías y las óperas. 
La orquesta es un cuadro que descubre el abanico de familias de instrumentos, con músicos e intérpretes ubicados impecablemente en sus palcos, y su acicalado director. “La Primavera”, de Vivaldi, detona la maestría de los violines para emular el canto de los pájaros. Strauss propone sus valses y tres actores bailan con sus damas títeres, de tamaño antropomórfico, entre tules y romances.


La versión tiene además el plus de saber elegir el personaje adecuado para decirnos algo más. A la hora del jazz, es un trompetista afroamericano quien va a silabear una típica canción, en homenaje a los orígenes del género y a geniales referentes. Haciendo gala de la síntesis, con cuatro rostros y cintas que los unen a sus zapatos, Kukla rememora a los Beatles. Nadie está ausente en la potente partitura visual de Madjarova, donde la luz es una gran protagonista. Intérpretes del pop, reggae, rock and roll y hip hop (este último, de notable articulación) se suceden en un tiempo escénico magistral.
El final hace justicia a la música latinoamericana en su toda su diversidad. En Argentina, danza el folclore, con el gaucho y sus boleadoras, suenan el sikus y la quena. El títere plano de Aníbal Troilo con su bandoneón, se pasea brevemente sobre Buenos Aires, y un tango pasional lo despide. Charly García sobrevuela el escenario en su piano y, de a ratos, se esconde en un 'rockero' teatro de sombras.
El espectáculo puede disfrutarse a través del streaming, hasta que podamos regresar a las salas y vibremos las sensaciones que hoy desbordan la pantalla. ⧫

👏 CAUTIVANTE
      Patricia Lanatta
¡Música, Maestro!
Recomendada a partir de los 3 años
Sábados de agosto, a las 18 h.
El espectáculo queda en línea por 24 h.

Idea, puesta en escena y dirección/Antoaneta Madjarova
Grupo Kukla
Voces en off/Fabio Aste, Sonia Civallero, Agustín Fernández, Ada Dorrego y A. Madjarova
Diseño de escenografía y títeres/ Giselle Bosio y Leandro Lucanera
Realización/G. Bosio, Gabriela Civale, Leticia Cirillo y Lorena de la Fuente
Estructuras/L. Lucanera
Máscaras/Nicolás Vinazza, G. Bosio y G. Civale
Vestuarios/Alejandro Bologna y G. Bosio
Selección musical/A. Madjarova
Edición musical y arreglos/Sergio Blostein, 440 Producciones musicales
Diseño y puesta de luces/Matías Noval
Fotos/Bakata fotografía
Comunicación visual/CCC: Claudio Medin – Estudio M
Producción/Grupo KUKLA
5 Temporadas
Premios
Nominada para el ACE 2014 (Asociación de Críticos del Espectáculo), 3 nominaciones para los Premios Teatro del Mundo. Ganadora de los Premios ATINA (Asociación de Teatristas Independientes para Niños y Adolescentes), mejor obra y mejor diseño de luces
Prensa y difusión/Daniel Franco