sábado, 15 de octubre de 2022

MISTERIOS INSONDABLES DEL ALMA

Marcos Montes compone El hombre de acero

El actor ingresa al espacio escénico, lo hace desde la platea. Mientras termina de vestir su personaje -zapatillas náuticas azules, remera de marca, al tono, pantalón beige y cinturón coqueto- muy setentista, a lo sumo de comienzos de los '80, empieza a hablarnos. De manera cordial, precisa ciertos encuadres de la producción, da avisos a la platea sobre el uso del celular -no sin humor- y, de a poco, se sumerge en la convención teatral para encarnar su personaje. La luz nos sugiere ese pasaje. De pronto, lo encontramos en el centro de la escena: la cocina, más precisamente la isla de una casa cómoda, de buen pasar económico, podemos suponer. Sobre la isla, algunos mínimos utensilios. A su derecha, hay una habitación imaginaria donde está su hijo preadolescente, encerrado en el baño desde hace horas, angustiantes. A su izquierda, el cuarto matrimonial, donde descansa (o lo intenta) Irene, su esposa. Atrás, hacia el fondo, el jardín. En algún momento, la iluminación -recurso poderoso de la puesta- dejará ver el mecer de algunas flores en una danza con el viento. No siempre el protagonista las verá.
El hombre de acero, construido por Juan Francisco Dasso, exhibe la armadura del lenguaje: se presenta con él, nos seduce, repasa su vida y se recubre con él. ¿Qué enmascara? Un dolor lacerante, inefable; la ira por no poder resolver el drama familiar que lo aqueja desde el nacimiento de Neo. Al principio, no sabemos mucho de su enfermedad, excepto por las descripciones descarnadas del padre, que nos despabilan la verdad escénica del hijo autista.
Entre tanto, el monólogo cabalga sin pausa y el escenario del espacio Callejón, a nivel de la platea, nos acerca mucho más, la tragedia que el protagonista nos invita a compartir. La zona del espectador no es confortable, sin embargo, texto y personaje ya nos anclaron a la butaca y en silencio de múltiples matices, dialogamos con él. Sabemos la edad de Neo: trece años, de sus dibujos, del instituto especializado donde recibe educación y cuidados, sabemos también de un amigo y el 'incidente' -en palabras del padre- entre Neo y Dionel. Este último está en la platea, en un asiento vacío, es puro receptor bloqueado -dirá el protagonista-, y tiene el deber de escucharlo. Afectado por el mismo trastorno, produjo un acontecimiento maravilloso: logró que Neo pudiera "nombrarlo" y más, consiguió esa ¡esperada! conexión con la mirada, que sus padres jamás pudieron conquistar. Ante esto, el hombre de acero se derrumba frente a nuestra mirada, lentamente. El deseo está en las puertas de los adolescentes y la sexualidad los apremia de un modo distinto y brutal. Neo necesita a Dionel. Es tiempo de aceptaciones, de asir la realidad de una vez y para siempre, de beberla de un trago amargo, y nuestro personaje -imposible no abrazarlo a estas alturas- lo sabe.

Juan Francisco Dasso, autor y director del unipersonal

El texto del autor es cruel, como la trama que describe, con la palabra justa, sin eufemismos. El joven y talentoso dramaturgo, ganador por esta obra en 2019, del XII Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia, es un narrador inteligente. Conocedor además, de la temática que nos presenta, porque acercó su expertise teatral a instituciones especializadas en el síndrome de Asperger. Por tanto, ese mundo que nos convida, ferozmente doliente y paralelo al mundo, nos sacude (aunque quedemos inmóviles). Constituye una acertada versión del teatro independiente, sencillamente porque se atreve a teatralizarlo y en ese puente, nos humaniza.
Claramente, la invisibilidad del hijo, el amigo y la madre son recursos valiosos del unipersonal. Le quitan espesor a la pátina dramática que atraviesan personaje y público. Es por cierto, una herramienta que nos permite construir a los personajes en la intimidad de la imaginación. La escenografía dice desde lo mínimo. En el fondo de la cocina, hay signos de alguna fiesta pretérita. Relatan por su sola presencia. 
Cada tanto, el protagonista ofrece una delicia a su 'interlocutor bloqueado': cereales de colores, mezclados con leche en un bowl impecable. Es un menú de su época, del tiempo donde decidió instalarse: su propia adolescencia. Desde ahí se recuerda: los bailes primeros, los pasos de aquella música que estalla en su cabeza (suena la canción); el aroma de su sexualidad temprana.
Sin duda alguna, Marcos Montes -nominado recientemente a los premios ACE 2022- por su enorme composición, es un actor que atrapa al espectador desde que pisa la escena, lo cautiva con todos los claroscuros del personaje. Su trayectoria nacional e internacional, sumadas a una amplia y singular formación, lo habilitan de manera superlativa a la creación de este papá acorazado que le toca jugar. Sólidamente, encarna bajo la dirección potente del director, los misterios insondables del alma. ⧫

👏 HUMANA
      Por Patricia Lanatta

/ ÚLTIMAS 3 FUNCIONES /
➤DOMINGOS 16, 23 y 30 de OCTUBRE
➤A LAS 18:30 H.
📌ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759 (CABA)

EL HOMBRE DE ACERO
Actuación/ Marcos Montes
Diseño de vestuario y escenografía/ Cecilia Zuvialde
Diseño de iluminación/ Ricardo Sica
Fotografía/ Christian Inglize - Laura Mastroscello
Diseño gráfico/ Luisina Jacinto
Dramaturgia y dirección/ Juan Francisco Dasso
Asistencia de dirección/ Ana Schimelman
Producción ejecutiva/ Zoilo Garcés
Prensa/ Carolina Alfonso

jueves, 4 de agosto de 2022

 
➧ CLEOPATRA FRAGMENTADA
Continúa en agosto, con funciones en el Teatro de la Fábula (Agüero 444), el unipersonal interpretado por Natacha Méndez, sobre textos de Antonio y Cleopatra, de William Shakespeare, con la puesta y dirección de Diego Cosin.
La versión parte de una investigación realizada por la actriz y el director, en tiempos de pandemia. Puntualmente, la puesta se organiza alrededor de Cleopatra, abordada como un significante único en el universo de los personajes femeninos del dramaturgo inglés. Un rasgo interesante es la cuestión de género en el ejercicio del poder, unida a sus extraordinarias dotes políticas, y a la par, su deseo sucumbido a la relación obsesiva e irrefrenable con Marco Antonio.  La narrativa se ubica en el último período de la vida de la Reina de Egipto y, si bien no guarda rigor histórico, sumerge al espectador en los días previos a su muerte. 
La dramaturgia también lleva la firma de la dupla Cosin-Méndez, partiendo de la adaptación del texto base y de otros ensayos referidos a la tragedia shakespeariana. La interpretación solista, elogiable, de Natacha Méndez -actriz consolidada en obras de autores clásicos como contemporáneos, se suspende intensamente, en la poética onírica de Cosin (El reino de las imágenes nítidas, de Lucía Laragione; Las asesinas de Gardel, de L. Laragione y Antonia de Michelis; Robots Universales Rossum, de Karel Capek; De la mañana a la medianoche, de Georg Kaiser o Hölderlin. La torre del Neckar, de Alejandro Spangaro, entre otros muchos materiales), para revisitar y claramente resignificar aquella mujer culta, excéntrica y pasional, que no renuncia jamás a su poderío, a costa de enfrentar su destino a las circunstancias más extremas y dramáticas. ⧫
➧ INTENSA
   Por Patricia Lanatta 
➤VIERNES 5 y 12 de AGOSTO
A las 21 h.
📌 Entradas por ALTERNATIVA TEATRAL

FESTIVAMENTE LIBRES


El último trabajo del Grupo Catalinas Sur, bajo las indicaciones de la talentosa Ximena Bianchi, en la puesta y dirección de actores-titiriteros de edades diversas, se luce desde su estreno en el mes de mayo, en una versión espléndida. Todos juntos salen al ruedo teatral, pero antes de eso, llegan en un tren de fantasía, festivamente, fieles a la naturaleza de su colectivo teatral. Se presentan desde el canto y anuncian la historia que tienen para compartir. 
El espectáculo está basado en el libro de Beatriz Doumerc, Cuando todo pasa volando, toma y metaforiza el poder de la libertad en cada uno de los personajes, para ser felices en el rol que a cada quien le toca. Se puede decir que no hay un sólo protagonista, sino que todos lo son. 
La versión ensambla títeres de técnicas distintas -bocones, varilla, mesa y guante-, que se desplazan en más de un retablo. Dicho de otra forma, el escenario principal se fragmenta y suma dos retablos móviles, donde se multiplica el relato. Algunos títeres de guante se dan cita: son niños con ganas infinitas de jugar; son padres con las mismas ganas, pero a escondidas. Las canciones que resuenan como fondo de estos retratos, contienen el humor y la poesía de lo popular: la pasión por el futbol y sus ídolos. Mientras tanto, en el retablo principal, el acento está puesto en la pintura de la vecindad: el saludo mañanero; la conversación;  el poder detenerse un momento para mirar al otro; el deseo de hacer lazo con un otro. El cortejo entre el vendedor de diarios y la mujer coqueta, con su perro guardián, es muy gracioso y destacable por cierto, en la manipulación del can. De las ventanas se asoman los títeres -atractivos y cotidianos- que, al igual que sus animadores, tienen también edades distintas y dibujan en el imaginario del espectador la estampa de la familia. Los telones de Omar Gasparini la subrayan. 


La versión goza de buen ritmo narrativo y la música, en vivo, como en todos los espectáculos de este gran colectivo, es una herramienta eficaz, que pasea al público por la escena. Los protagonistas danzan sus vidas y un día... descubren que es posible mirarlas con otra perspectiva, con más soltura en tanta obligación y rutina. Perciben su condición de seres libres y caen en la cuenta que existen días que pasan volando, en la prisa por llegar a algún lugar; otros que se suceden con el detalle del propio tiempo; y otros más deleitosos, donde pueden sobrevolar. En este punto de la puesta, la articulación de la técnica de varilla -en modo individual o grupal- sumada a inteligentes mecanismos, dan rienda suelta a la magia para que todo despegue. 
A lo largo de la obra, el espectador ve un pájaro que permanece en escena. Habita su jaula en la casa del abuelo José. Sin embargo, de simple huésped pasa a ser un faro para todos. Es un personaje sabio, acaso porque sabe, desde siempre, que tiene la facultad, el derecho de volar y que no hay cautiverio que se lo arrebate. Es muy bella la manipulación cuando se empaca y calla. Expresa desde el mínimo movimiento. Chapeau
Precisamente, la versión se inspira en el texto de la escritora argentina Beatriz Doumerc (1929-2014), notable en la literatura infantil y censurada por la última dictadura militar (1976-1983), razón de su partida, a Italia primero y luego a España, donde escribe en 1988, "en sobrevuelo", el texto que convoca la dramaturgia del espectáculo. Con ojos de pájaro es una creación colectiva de Ximena Bianchi y el reconocido titiritero Carlos Piñero, quien también presta su gran experiencia en el entrenamiento de las distintas técnicas. 
No se puede pasar por alto que el Grupo Catalinas Sur está por cumplir sus prestigiosos 40 años de labor, que sus integrantes son grandes hacedores de nuestra cultura, del teatro comunitario, desde y para la comunidad, desde donde surgen todos sus espectáculos. Y tampoco podemos omitir el nombre de su fundador: Adhemar Bianchi. 
Como en todas las producciones del colectivo, esta versión ondula también su bandera: memoria, identidad y celebración. Con funciones a galpón colmado, durante las recientes vacaciones de invierno, la obra de desbordante fuerza grupal, se despide de la cartelera en este mes de agosto. ⧫

👏 ESPLÉNDIDA
      Por Patricia Lanatta

 / ÚLTIMAS FUNCIONES /
➤DOMINGOS 7 y 14 DE AGOSTO
A LAS 16 H.
Reserva de localidades por Alternativa Teatral 
➤ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
➤SALIDA A LA GORRA 
📌 EL GALPÓN DE CATALINAS 
Av. Benito Pérez Galdós 93, CABA

CON OJOS DE PÁJARO
Edad sugerida/ Desde 5 años
Dramaturgia/ Creación colectiva de Ximena Bianchi y Carlos Piñero
Manipuladores/ Ariel "fito" Bechara, Nora Churquina, Gonzalo Guevara, Narda Milin, Ileana Robles, Diego Robles, Zoe Mitre, Gabriela Cabral, Delfina Pereyra, Nicolás Martinasso
Técnicas/ mesa, varilla, bocones y guante 
Entrenamiento en manipulación/ Carlos Piñero
Diseño de vestuario/ María Inés López
Diseño de escenografía y Títeres/ Ana Serralta
Diseño de luces/ Stefanía Briones Leyton
Realización de escenografía/ Ana Serralta, Grupo de Títeres Catalinas Sur, Pinto los títeres, Omar Gasparini (telones)
Música original/ Gonzalo Domínguez
Asistencia y músico en estudio/ Santiago Cidale
Músico/sonidista en escena/ Pablo Torres
Asistencia/ Narda Milin
Dirección/ Ximena Bianchi
Prensa y Comunicación digital/ Luciana Zylberberg - Alejandra Ruiz

viernes, 22 de julio de 2022

EL DIVINO REFUGIO DE LA POESÍA


Inspirada sobre el poemario El Corte Argentino, último libro del intenso poeta y ensayista Juano Villafañe, y otros textos del autor, el actor Gustavo Pardi edifica esta dramaturgia poética, a la que también le aporta su mirada desde la dirección y la actuación, acompañado por tres actrices que desbordan juventud y comparten con él la pasión por la poesía. El espectador se encuentra ante una obra bien diferente, que lo sorprende desde el principio hasta el fin. Los poemas de Villafañe suben a escena teatralizados y los cuerpos actuantes se ocupan de llevar la palabra de las páginas a la escena. Ellos dicen (jamás recitan), recuerdan, recuentan, dialogan, discuten, batallan, cantan y danzan los poemas en una conversación infinita.
Sobre una escenografía intencionalmente minimalista, que permite al espectador desplegar su imaginación, aparece Gustavo Pardi, enorme actor, a quien ya conocemos en trabajos anteriores y relevantes en teatro, cine y televisión. Intérprete, además, que ya se vincula con la poesía en el unipersonal Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, con dirección de Mariano Dossena, en cartelera durante varias temporadas desde 2013, con giras por España y Uruguay. O que reconocemos en Con un tigre en la boca. Manual de los amantes, con dirección de Hugo Urquijo (2014, 2015, Premio ACE Teatro y Poesía), sobre poemas de Jorge Boccanera, Patricia Díaz Bialet, Laura Yasan y el propio Villafañe. 
Lo cierto es que los textos discurren por su corporalidad naturalmente, desde el minuto "0" que pisa la escena. Nos seduce con el poder encantador del poemario, mucho antes de entender que el actor deja de ser actor para componer el otro yo (alter ego) del poeta. Sencillamente, se escenifica a través de remembranzas, para nombrar las mismas cosas, una y otra vez, para afirmarse y nunca perderse. Reclama AMOR. Pone en escena la metáfora visual y sonora de aquello que pudo haber sido y no fue. Convoca hasta el hartazgo, a esa mujer amada y, finalmente, ella ingresa a la escena (Trinidad Vassia), con su larga cabellera, enfundada en un impermeable que refiere, tal vez, a un día de lluvia con aroma a despedida. Más tarde, se despoja de la gabardina, es sensual y se confunde en una danza, al son de una música romántica. Permanece callada en el principio, tiene una escucha larga y profunda, pero luego estalla: "Nos vimos frente a frente como se hacen las palabras y el amor. Tanto sabemos que ya nada hace falta de nuevo. Conversamos como si hubiéramos amado el silencio...". (La conversación, El corte argentino).


Nada de todo este racconto es lineal o convencional. El espectador debe poner en suspenso su razón, asomarse poco a poco a la poesía teatral, intrincada, de múltiples rincones, matices, giros y declives que nos convida el poeta. Todavía más, debe desafiar su imaginería para completar la singularidad del relato que acontece. La música e iluminación acompañan esta invitación a los sentidos. Hay momentos donde la luces se encienden y apagan sobre los intérpretes y ellos destellan, como escapando de las letras del libro, para mutar en cuerpos..A veces, disparan hacia el espectador y nos hacen parte de estos coloquios de la memoria. Otras, el poeta irrumpe en la platea, obsesionado en su épica amorosa; al igual que la luz, se fuga de la escena. Sorpresiva y brevemente, dos actrices visitan la conversación (Nicole Williams y María Sol Pacheco), otorgando una dinámica distinta al espectáculo. Y la poesía puede ser canto, acaso para calmar la ansiedad y soledad del poeta. 
Los enamorados, aquellos que alguna vez se amaron, se enfrentan cara a cara en varias repeticiones. La pareja encarna poemas. Los comparten, los dicen al unísono o cada quien sostiene uno distinto al mismo tiempo. Es la sonoridad del vínculo amatorio.   
Toda la puesta nos rodea, nos empapa de poesía. El viaje al cual fuimos invitados es embriagador. Al principio, podemos creer que asistimos al mundo de un poeta que nos es ajeno, pero hacia el final de la travesía, es posible apropiarnos de esta historia, que nos espeja en la universal estación del amor, en el agridulce juego del encuentro y desencuentro, en la emoción desmesurada y el dolor persistente. En definitiva, en esa verdad, despiadada y a la vez liberadora, que reza que nada nos puede obligar a quedarnos.
Parejas actuaciones en un cruce inteligente de las artes combinadas, con un Gustavo Pardi, radiante, que se luce en todos sus roles. ⧫

👏 EMBRIAGADORA
      Por Patricia Lanatta

➤ÚLTIMAS FUNCIONES: 
DOMINGOS 24, 31 DE JULIO Y 7 DE AGOSTO
A LAS 20 H.
➤CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN (Corrientes 1543, CABA)
➤Entradas: 

LA CONVERSACIÓN INFINITA
Textos/ Juano Villafañe
Intérpretes/ Gustavo Pardi, Trinidad Vassia, Nicole Williams, María Sol Pacheco
Voz en off/ Carolina Krivoruk
Diseño de luces/ Horacio Novelle
Diseño sonoro y música original/ Silvina Aspiazu
Asesoría de entrenamiento vocal/ Gisela Antman
Bocetos de escenografía y vestuario/ Jess Menéndez
Fotos/ Nacho Lunadei
Dramaturgia y dirección/ Gustavo Pardi
Asistencia de dirección/ Tomás Scheifer
Producción ejecutiva/ Carla Rosaria Maieli
Prensa/ Daniel Franco

martes, 5 de julio de 2022

MÁS ALLÁ DEL ROMANCE

El espectáculo cuenta una leyenda de la Patagonia, de un lugar remoto donde el viento se queja endiabladamente. A lo largo del relato, conoceremos el misterio que rodea el mito. Los personajes principales tienen raigambre, tradiciones. Hormiga blanca es una joven valerosa, que aparece disputada por el bien y el mal. Por un lado, Koná y por el otro, Cuervo negro, un viejo brujo, que juega sucio y tiende trampas peligrosas para que su oponente fracase en la hazaña. También el cacique juega esta trama, un hombre débil que cede ante el avance de sus años y la embestida del hechicero, por lo que poco hace por su hija, impedido por el miedo. Así comienza a girar la historia y su decir será la épica. 
Las marionetas elegidas para esta versión son de varilla y nos invitan a sumergirnos en la poética de los pupis sicilanos, populares en el siglo XIX, esta vez no para narrar batallas ni  cruzadas medievales, pero sí para contar la proeza. La estética -diseño y realización- contiene la traza de reconocidos artistas del género. Sus rasgos, cabelleras, vestiduras, armas. Todos son poseedores de infinitos detalles. La manipulación se realiza desde un gran retablo y, como corresponde a la técnica, en altura y desde arriba. 
Claramente, la elección de este tipo de marioneta es toda una apuesta de la producción de Tandem Teatro, ya que debe narrarse a lo largo y a lo ancho del retablo, con la labor de dos titiriteros: Daniela Calbi y Ariel Varela. Son figuras construidas con madera, por tanto, su peso y tamaño influyen sobe manera en la articulación de movimientos; requieren de mucha habilidad y precisión en el manejo para que fluya en los títeres gestualidad, para que cuerpo y texto adquieran unidad. Esto ocurre en varios momentos del espectáculo, en especial, en la figura del brujo, que sobrevuela el piso, en su locura y vileza. Es muy lograda esta interpretación; igualmente es la voz aplicada al personaje. También hay pericia en los personajes de la fauna del cuento: el cóndor del abismo, cuando eleva sus magníficas alas; el tigre, en su despertar y afirmación de identidad. Estas últimas marionetas permanecen menos tiempo en la escena, no portan tanto texto y sus movimientos son puntuales y certeros, ganando presencia escénica.                                                                                                                                                                        
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La épica transita el espacio con una serie de pruebas que Koná debe sortear. Él es un guerrero dispuesto y ella, una mujer que lo ayuda con inteligencia, con amuletos; piedra orientadora: una suerte de localizador propio de la cultura del cuento, que dialoga con humor, con los actuales dispositivos; pócimas y otros recursos, entre canto y luz de luna. Así, Koná va sumando imaginación, experiencia y valor para poder enfrentar el último engaño por sí solo. Mientras tanto, los atractivos telones nos sitúan en las diferentes geografías. Es un trabajo meritorio.
El cuadro del descenso a las profundidades del volcán para lidiar con supuestos espíritus malignos, resulta verosímil para la platea de la infancia. Se registra alta atención en la lucha entre nuestro héroe con dos esqueletos -seres del inframundo, de mirada encendida-, en su fragmentación ante la rendición y su caída final hacia el oscuro vacío. La versión incluye tramoyas, que permiten realizar trucos en beneficio de la historia, ciertamente asombrosos. Es ésta una buena decisión del director Juan Manuel Benbassat
La leyenda contempla la justicia poética. Cuervo negro quiere atrapar una juventud por siempre perdida, y ese deseo oficia su condena. En cuanto a los protagonistas, cada tanto -entre sobresaltos- intentan confesarse algo que no llegan a decir. No sabemos muy bien si no se animan o si simplemente, son almas destinadas a labores que están más allá del romance. La marionetista, que a su vez también es narradora, nos avisa de sus destinos. Estas acciones no están narradas en la escena. La obra despliega toda una acción dramática encomiable, que sobre el final, aparece justificada desde la narración y no, desde la interpretación. Esta decisión les quita fuerza narrativa a los protagonistas,mquienes vivieron una aventura riesgosa junto a los espectadores, que muy probablemente quisieran verlos en el retablo, coronando la hazaña. ⧫

👏 LOABLE
      Por Patricia Lanatta
➤SÁBADOS DE JULIO, A LAS 16 H.
VACACIONES DE INVIERNO: 
DOMINGO 17, MARTES 19, MIÉRCOLES 20 Y JUEVES 21, A LAS 16 H.
➤CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN (Corrientes 1543, CABA)

CUANDO EL VIENTO RUGE
Edad sugerida/ Desde 6 años.
Dramaturgia/ Juan Manuel Benbassat
Intérpretes/ Daniela Calbi - Ariel Varela
Técnica/ Marionetas de varilla
Diseño de títeres y tramoya/ Juan M. Benbassat 
Realización / Alejandra Farley - Leonardo Volpedo - Daniela Calbi - Juan M. Benbassat
Diseño de telones, arte y realización plástica/ Gonzalo Nuñez
Diseño de vestuario/ Daniela Calbi
Diseño sonoro y música original/ Nicolás Diab
Fotografía/ Nahuel Berger
Dirección/ Juan. M. Benbassat
Producción ejecutiva/ Daniela Fiorentino - Casa de Títeres
Producción general/ Tandem Teatro

viernes, 24 de junio de 2022

DESPALABRAR PARA DECIR


→TADEUSZ KANTOR, DE POLONIA A BUENOS AIRES
Autora/ Natividad Martone
1a. edición adaptada
Corrección/ Armado/ Impresión/ TINTA ROJA
Diseño de tapa/ Damián Martone
Investigación Cultural/ Teatro/ Teatro de Títeres
Apoyo/ PROTEATRO
Ciudad Autónoma de Buenos Aires/ Año 2022
122 p.
→Ejemplares disponibles en la Colección Proteatro 
Biblioteca Parque de la Estación (Juan Domingo Perón 3326)
Contacto/ natividadmartone@hotmail.com

Por Patricia Lanatta
      
Con el prólogo inestimable del investigador y crítico teatral Carlos Fos, la labor de la autora ahonda las huellas que dejó el director polaco en la escena nacional, a partir de sus visitas al Teatro General San Martín de Buenos Aires, entre los años 80 y 90. Profundiza el concepto de teatro autónomo, que no representa textos, sino que trabaja con éstos y los autores a partir de partituras de acciones, improvisaciones, repeticiones, escenas sin sentido aparente. Ausculta el impacto descomunal de lo novedoso en los teatristas. Analiza el universo del objeto en todas sus categorías, que deja de ser utilitario para adquirir protagonismo, precisamente por el rol que representa en la escena. Nos presenta a este genio y revisa su historia. 
Natividad Martone nos habla de su formación como pintor y escenógrafo en la Escuela de Bellas Artes de Cracovia, donde recibe la influencia del constructivismo ruso y alemán, del dadaísmo y surrealismo. Repasa los autores que lo nutrieron: Kafka, Duchamp, sus compatriotas Wyspiansky, Schulz y Witkiewicz, este último el elegido en el período final, desde La clase muerta hasta Hoy es mi cumpleaños. Rememora su teatro experimental en Cracovia, en 1942, durante la ocupación alemana, donde monta obras pero también, donde pinta el horror y redacta escritos. 
"Cuando comencé a hacer teatro, por allá, durante la guerra, entonces descubrí todas las nociones y definiciones que he utilizado después" (Kantor, El Teatro de la Muerte). El autor nace en Wielopole en 1915, durante la primera guerra mundial; la segunda atravesará buena parte de su juventud y deberá vivir, además, la desolación del después. Su teatro de la muerte, en consecuencia, adquiere una dimensión brutal, con personajes que provienen de otra vida, con gesto y palabra inconexas. Y el director está ahí, en la frontera del espacio escénico, marcando un compás y a la vez, siendo parte de esa realidad color sepia. 
Martone señala la creación en 1955, del grupo Cricot 2, que dirige hasta el fin de sus días (1990), un teatro ligado a la barraca de feria, que deja al descubierto procedimientos actorales muy alejados del discurso escénico del siglo XX; teatralidad autónoma donde participan actores, poetas, artistas plásticos, bailarinas, escritores y otras personalidades, algunas sin formación artística, aún así convocadas por el director, como los gemelos Janicki, que condimentan la obra de modo singular, con su característica de dobles. Examina sus personajes y objetos, extraídos del pasado, de la memoria: maniquíes, bio-objetos, máquinas crueles y actores, todos cohabitando el espacio. Subraya: "la escena se hace extraña para el espectador, gobernada por unas leyes que escapan a su entendimiento y que impulsan la maquinaria de manera precisa y fatal" (pág. 17).


Por añadidura, el texto contiene entrevistas pautadas a referentes "imprescindibles", en el decir del maestro Fos, que permiten al lector/a comprender la relación de uno de los grandes maestros del teatro del mundo con Argentina, en los albores de la democracia. Todo un matiz en el contexto histórico. Ampliando el campo de la experiencia, la investigadora genera un documental que propicia un archivo oral, donde resuena todavía más el contacto primero con el artista polaco y anécdotas valiosas. Ana Alvarado, Ricardo Bartis, Carlos Fos, Norberto Laino, Carlos Pacheco, Adriana Pizzino, Julia Elena Sagaseta y Javier Swedsky son los entrevistados. Ocho representantes de la teatralidad local, fuertemente conmovidos por su obra, que influenciará sus búsquedas estéticas y visiones artísticas. Por tanto, el paso de Tadeusz Kantor marcará el rumbo de estos teatristas emergentes, que ya estaban en la pesquisa de una escena otra, distinta, en una época donde el realismo gozaba del esplendor teatral.  
Para referenciar su legado, Martone ingresa en el análisis de los primeros espectáculos del grupo emblemático Periférico de Objetos y otros del director Ricardo Bartís, por asumirlos significativos, de mayor cercanía con el cruce entre el teatro de títeres, actores y el universo objetual. Más tarde, analizadas las marcas, bucea en la poética propia de cada autor.
"Tomo conciencia de que debo hacer algo con el objeto para que empiece a existir, algo que no tenga relación con su función vital, siento que es necesario un ritual, que sea absurdo desde el punto de vista de la vida y que pueda atraer al objeto hacia la esfera del arte". Este pensamiento a su tiempo, gigante y revolucionario, se convirtió en una teatralidad absolutamente viva en los escenarios del mundo. Y perdura. La fascinación por el objeto en movimiento, su liberación y humanización ocupan generosas páginas de un texto que visibiliza la estampa de la poética kantoriana en la producción dramática y posdramática local. El gran aporte es que facilita enormemente su comprensión. ⧫

Natividad Martone
Es actriz nacional (ENAD) y Licenciada en Actuación (IUNA), titiritera, directora, investigadora, documentalista y gestora cultural. En 2004, forma el grupo Absenta Teatro, con producciones para las infancias y público adulto. 
Este trabajo se origina a partir de su tesis de Licenciatura "El legado de Tadeusz Kantor en el teatro porteño de los '90", y un posterior viaje a Cracovia, donde  profundiza la investigación. El proyecto fue realizado a través de las Becas de investigación otorgadas por el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro, que posibilitaron la realización del documental.  

viernes, 10 de junio de 2022

UN POCO DE AQUÍ Y OTRO POCO DE ALLÁ


El unipersonal grafica el árbol genealógico del propio autor, que inicia en Giuseppe, su abuelo, arribando a la Argentina -por entonces, una tierra promisoria- en busca de un destino dignificado por el trabajo. Lo interesante, lo singular del espectáculo es su construcción narrativa a partir de un kilo de harina. Literalmente, sobre una mesa que es su retablo, Fernán Cardama amasa su historia. A su turno, aparecen los títeres protagonistas, de manipulación directa, pequeño tamaño, sin rostro, con sus redondeces y manitas. Aparecen los objetos que construyen metáforas, que componen personajes. 
A modo de prólogo y epílogo, el artista anuncia: "con un kilo de harina se pueden hacer 5 pizzas, 100 panqueques, 124 sorrentinos y engrudo para 4 cabezas de títeres". Delicadamente, vierte desde una bolsa de arpillera, la sustancia de su relato. 
Giuseppe llega de Italia, con apenas 15 años. Navega en un bol que ondula sobre repasador azulado. En trabajos anteriores de Cardama (Historias de media suela, La vuelta al mundo en 80 mundos, Sopa de estrellas, entre otros), sabemos de su vuelo poético, de su talento para narrar a partir de la cotidianidad del objeto. Así, alojado en Avellaneda, el "tano" moldea la pasta; con simpático acento sureño, discute sobre futbol con otro inmigrante: un salero y un pimentero de madera sostienen acaloradas charlas.

Los vientos de guerra traen a Margarita, su novia.. Arriba al puerto de Buenos Aires, casi sin equipaje. Su barco es tan sólo un cucharón. El cuadro del encuentro entre estos dos a quererse es sencillamente novelesco. Una pizzera cubre el gran baccio e inaugura el emprendimiento culinario. El actor se pasea por la escena y ofrece, con orgullo, su especialidad. Improvisa una tarantela y en un instante, su objeto muta y es pandereta. Narra con toda su corporalidad.  
Los enamorados escriben sus días. Hay esfuerzo, laburo y maternidad. Llega Rulo, amante de la pelota, claramente... Tendrá un accidente y un grisín nos lo contará desde la elipsis visual. Otro modo bello de contar. 
Nace en la playa el amor para Rulo, en una noche de Carnaval intensa, con velas y banderines; bajo la forma de una mujer uruguaya. Y llega Fernán al mundo.
Mientras tanto, la música imprime los climas de la despedida, la pasión, el reencuentro, la juntada familiar de los domingos, el dolor. Mientras tanto, la  expertise de Claudio Hochman y Carlos Piñero permiten al espectador saborear todo el recorrido.
La recreación de la guerra en dos escenas, son maravillas del mundo objetual: colador, budinera, tetera, abominable termo  y otros instrumentos de cocina, acompañados por luces azules, redoblantes y sirenas, preludian la destrucción, el silencio. Un rallador desgrana un tomate y dice ausencia. 
Los '70 en Argentina imponen un exilio y Madrid es el refugio para la familia. En nombre propio, Cardama recuerda los días de invierno en el Parque del Retiro. Nuevamente, la harina es poesía. Acaricia memorias de funciones de marionetas: un gran tridente y un títere de dedo, con cabeza hecha a pura masa, se enfrentan detrás de un telón. Son los personajes de El panadero y el diablo, de don Javier Villafañe. Se asume titiritero, por siempre.. 
  
 
La vocación planta Compañía y encuentra romance en otro verano. Cupido se nombra Luciana, una joven también migrada de su patria, y Peluca es el fruto del querer. Más tarde, vendrá la decisión de permanecer o volver. 
El unipersonal resuena sobre migrar para ser feliz. También, sobre la identidad en esto de que somos de lo que estamos hechos. Entonces, La Plata termina siendo su lugar en el mundo. Dice que es la ciudad por lejos, con más plazas y una planta de lechuga frondosa, la representa en escena. Se nutre de sus raíces y cada tanto, sale con su elenco de gira, a mostrar lo que sabe hacer. ⧫ 
Por estos días, la Compañía acaba de regresar de allá, de Salamanca, España. Anda por aquí. Sugiero estar atentos a la cartelera para ver este espectáculo, durante las vacaciones de invierno.
 
          👏 SABROSA
               Por Patricia Lanatta

➥ CON UN KILO DE HARINA 
             Espectáculo para toda la familia, Niñas y niños a partir de los 10 años.
             Ganador del primer premio al teatro de objetos, en la Feria Europea de Artes
             Escénicas para niños y niñas /FETEN 2022 Guijón, España/  
             Idea original/ Fernán Cardama
             Texto original/ Claudio Hochman
             Adaptación/ Carlos Piñero, Claudio Hochman, Fernán Cardama
             Dirección/ Claudio Hochman
             Producción y asistencia general/ Lucia Reynal Machado
             Diseño y realización de escenografía, títeres y objetos/ Maira Revollo
             Música original/ Alberto Becucci 
             Adaptación musical/ Rubén 'el flaco'  Kavanagh
             Diseño de luces/ Compañía Fernán Cardama
             Fotografía/ Paolo Columbro
             Registro audiovisual/ Luz de la Fuente, Tomás Saralegui    

jueves, 2 de junio de 2022

YO, LÍRICA: POESÍA EN ESCENA

          →YO, LÍRICA
        Autora/ Araceli Arreche
        Halley Ediciones. 1a. edición
        Contacto/ halleyediciones@gmail.com
        Ilustración de tapa/ Lucía Pachamé
        Buenos Aires/ Año 2022

        Por Patricia Lanatta
                
La autora nos propone adentrarnos en el poemario en tres texturas. La primera es una travesía puntual por el drama universal, que culmina en un capítulo de nuestra historia argentina. Aquí hay homenaje y memoria. Nombres Propios reúne a personajes que están anclados en el infortunio. Araceli ES Ítaca y Penélope: la que gana tiempo para el regreso de Ulises y organiza fingir una espera. ES Clitemnestra, que presagia su última hora en manos de Orestes: he parido al asesino que aguarda inmóvil en la puerta. Se pasea por el escenario fatal de Antígona y enjuga sus lágrimas. ES también la voz de Hamlet, del príncipe que escapa al mandato con desesperación. De Cordelia, la hija del rey Lear y heredera de su desacierto. La de Otelo, el general moro, atormentado por sus celos. Se pone las vestiduras de esos destinos inevitables, se los apropia. Finalmente, ES María Remedios del Valle, a quien llaman "la coronela" (pág. 20).


La poesía mixtura la tragedia griega, la shakesperiana y la de una guerrera afrodescendiente, protagonista en la defensa de páginas de nuestra patria. Araceli toma todos los motivos para decir partida, retorno, venganza, lealtad, traición, honor. PERTENENCIA.
En En Primera Persona y De Amor -segunda y tercera parte del texto-, la palabra deviene íntima y acude al autoretrato, siguiendo la trama trágica, profundizando el estilo visceral, empapado sin embargo, de deseo, reconciliación, renacimiento y goce (pág. 33).

Aparece el territorio de su infancia, con su universo de colores, aromas, cotidianidad, certeza, desalojo y ausencia. Se hamaca en algún rincón de la casa familiar y se recuerda: "la niña ríe rosa", en una metáfora sublime, que es la suya y también, la de cualquier lector/a. Se despide de sus padres y es presa de esa orfandad temporal hasta aceptar la condición humana: "... un día de estos, en un descuido moriré. Dirán que me distraje, que no era tiempo, que apena. Recordar u olvidar se volverá estrategia" (pág. 35).
Se espeja en su contemporaneidad y reflexiona con preocupación, sobre la sobreactuación en las redes sociales. Tira una moneda: "Cuando se apaguen los 'en vivo' y destiñan los emoticones. Cuando algo de todo esto pase... Un silencio, una pausa, no lo sé... Detrás de tanto alboroto haya un NOSOTROS" (pág. 46). 
Claramente, para la autora el teatro es territorio elegido y consagrado. Su poesía sube a escena con todos sus personajes: ficcionales, eternos y terrenales. No encontraremos endecasílabos, estancias precisas o rimas consonantes. Lo avisa. La poeta canta. La imagen de tapa es elocuente: un cuerpo desnudo danza la vida, sin máscara. El gesto la libera... ⧫
              

Araceli Arreche
Escritora, dramaturga, investigadora y docente en artes escénicas y audiovisuales. Entre sus publicaciones destacan su antología de obras dramáticas, Teatro de la palabra, edición bilingüe castellano-polaco, para la colección de Textos Imprescindibles de La Campana Sumergida; Entre silencios, y En voz Alta, editados por Textos Intrusos en donde reúne poemas, relatos y textos de teatro. En 2005, obtuvo la mención especial y publicación del Premio María Teresa León a dramaturgia femenina (España) por su obra: Notas que saben a olvido. En 2008, obtiene el premio en el Ciclo Teatro x la Justicia, Teatro Tadrón 2011, con Boulogne, obra escrita en colaboración con Selva Palomino y Gilda Bona. En 2010, recibe la Beca de Creación del Fondo Nacional de las Artes por el proyecto: "Voces de la historia, vientres de la memoria" y escribe Como Quinoas. En 2014, con Qué lejos aún... es galardonada en el Concurso de Dramaturgia Nuestro Teatro, en el Ciclo de Obras en conmemoración al Movimiento histórico Teatro Abierto, en el teatro Picadero, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación. En 2018, su obra Ofelia. Ex voto a un amor imperfecto, gana el I Concurso Internacional de Obras de Teatro Breve "Marité Repetto", organizado por Revista De La Cabeza y Espacio Cultural Marité Repetto. En noviembre de 2020, es ganadora del Concurso Nacional de Poesía "María Remedios del Valle: Capitana, Madre de la Patria", organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Promoción de Proyectos Culturales.  

jueves, 19 de mayo de 2022

UN DÍA. UN CLIC


Actores en posición de ronda, con cajas en sus cabezas. El objeto ya se presenta en la escena. Son las puertas del personaje, las que deberá abrir para ser una mejor versión de sí mismo. El punto es si se atreverá. Narradora y música también visitan el escenario, mientras el público se va acomodando -parte del elenco lo asiste- en la sala 2 del Teatro Método Kairós. La música, por lo tanto, se ejecuta en vivo, con la participación de Amanda Querales en voz, guitarra y otros instrumentos de viento y percusión. La narradora comienza: cuenta, irrumpe en la escena, se incorpora y aleja de la acción dramática; son buenos recursos de la codirección. En la escena, los actores titiriteros animan a sus personajes: el señor Odio, el señor Amor y el resto de los muñecos del reparto. Son títeres de diversas técnicas: mixtas, bocones, fantoches, decididos a conquistar la platea. En el caso del protagonista y antagonista de la historia, corresponden al bunraku (teatro de marionetas japonés), donde dos o tres titiriteros articulan extremidades y cabezas, logrando naturalidad en la composición. 
La historia transcurre con gran ritmo, a lo largo de un día. Lo sabemos porque la relatora marca el paso del tiempo con un reloj, totalmente lejano al formato convencional. En cuanto al protagonista, se trata de un señor que más que odiar, no se deja querer. Enfáticamente, hace lo posible por evitar el mundo. Su madre, mujer bien particular, lo bautizó bajo ese nombre, inspirada durante un viaje a la India y anclada en una premisa bienintencionada.
El conflicto recrudece, precisamente cuando se muda al edificio su antítesis: el señor Amor, sólo dispuesto a hacer el bien. Nada lo asusta o enoja. Ninguna trampa lo espanta: ni las abejas africanas mortalmente venenosas -graciosos títeres que se bambolean a partir de un ramillete de varillas, que mueve la mano de una titiritera-, ni las abrazadoras llamas de un incendio intencional -otro procedimiento convincente, construido a puro movimiento de telas, a través de los cuerpos de los actores-. En este punto, el relato claramente atrapa al espectador. 

Hacia el ocaso del día, llega el clic para el personaje. La platea de los más pequeños lo lee con humor, como alguien a quien nada le viene bien, mientras que los más grandes -que pueden comprender los textos empapados de la reflexión amorosa- lo empiezan a mirar con empatía. Un racconto breve nos trae un fragmento de su infancia, una partida inesperada de Cupido...  
El señor Amor, incorruptible, descubre cartas que el señor Odio nunca abrió, porque su corazón literalmente estaba blindado. Tiempo atrás, su doctora -titere muy atractivo- escribirá en su historia clínica (sobre un teclado hecho con una simple huevera de cartón): "rara  enfermedad". La causa: ocultar sentimientos por siempre jamás. Esta escena es clave y relevante para la comprensión del personaje y, paralelamente, da cuenta del ingenio en la técnica elegida para validar emociones: una radiografía transparenta el latir de un corazón oscuro. 
La puesta acontece sin bache posible. No hay lugar para el aburrimiento. Por momentos, todo el elenco de Scenik-arte visita la escena para rescatar al personaje de su propia prisión. El retablo, sobre ruedas, permite ágiles cambios de escenografía. Hay, sin embargo, otros escenarios, planos y desplegables, donde títeres de pequeño tamaño, se asoman a su turno. Los miedos suben al escenario para ser transformados lúdicamente, y el final, haciendo gala del teatro en el teatro, depara sorpresa. 
Basada en el texto premiado del joven autor venezolano Oswaldo Maccio, la versión resulta una interesante adaptación para el teatro de títeres y objetos, con muy buenas actuaciones y una codirección inteligente. También, es una gran oportunidad para el encuentro con la música y los modos de ser de otra cultura. ⧫

👏 ATRAPANTE
      Por Patricia Lanatta
➤DOMINGOS, A LAS 15 H.
➤EL MÉTODO KAIRÓS (El Salvador 4530, CABA)

EL DÍA QUE CAMBIÓ LA VIDA DEL SEÑOR ODIO
Edad sugerida/ Desde 5 años.
Compañía/ Agrupación Scenik-arte
Adaptación del texto de Oswaldo Maccio/ Mariana Calderón, Vanessa León Linares
Intérpretes/ Milagros Duran, Lautaro Ayerdi, María Fernanda Esparza, Diana Carolina Martínez, Mariana Calderón
Técnicas/ Bunraku, fantoche, títere bocón, mixtas
Escenografía/ Yuruani Rodríguez
Objetos/ Yuruani Rodríguez, Carlos Enrique Vargas
Diseño y realización de vestuario, diseño de iluminación: Ingrid Ross 
Realización de títeres/ Milagros Duran, Vanessa León Limares, Ingrid Ross
Entrenamiento con títeres/ Vanessa León Linares
Música en vivo/ Amanda Querales
Diseño gráfico/ Wilfredo Parra
Utilería/ Alba Luna Pantin Rodríguez, Yuruani Rodríguez, Ingrid Ross
Asistencia de vestuario/ Milagros Duran
Asistencia de Producción/ Leonardo Luraghi
Asistencia de dirección/ Juan Salas
Producción general/ Mariana Calderón
Dirección de Arte/ Yuruani Rodríguez, Ingrid Ross
Dirección/ Mariana Calderón, Vanessa León Linares
Prensa/ Prensópolis