jueves, 25 de julio de 2024

POR LA MAGIA DE LOS CUENTOS

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Los libros de cuentos narrados a la orilla de la cama o simplemente, aquella historia inventada, contada con dedicación y afecto, marcan en los caminos de la infancia una huella poderosa. A su tiempo, la memoria arroja imágenes y sensaciones de esa experiencia inolvidable. 
Este espectáculo, estrenado en junio y con una programación con funciones dobles, por la mañana y la tarde, propone un momento muy grato para compartir en familia. 
A partir de la serie de libros "Cuentos en pijama", de la autora Florencia Suárez, las páginas se abren en el escenario, a través de la versión teatral de Emiliano Dionisi, con su sabia dirección.
La protagonista es Helena (Maida Andrenacci), una niña que narra sus recuerdos, cuando su mamá le contaba cuentos de su propia invención, historias que respondían a sus preguntas y le despertaban fascinación.
La puesta se instala en el cuarto de la pequeña, donde actores y títeres se desplazan con gran dinamismo. Desde allí, la protagonista comparte con el público su intimidad.
De un gran placard, pronto aparecen Caro Setton y Fede Fedele, en pijama. Este rasgo no es menor, desde que refuerza la idea del momento de ir a la cama, luego de escuchar un cuentoCon buenas actuaciones y habilidad en el manejo de los muñecos, ayudan a la protagonista a reconstruir los breves relatos. El espectador comienza a verlos.
Detrás de una gran tela, se proyectan los títeres de sombra, que nombran el aburrimiento, ese que acosa con frecuencia y que sólo puede ser combatido por la propia imaginación. La figura plana se presenta en un sinfín de animales empáticos, que socorren las desventuras de un gato que se cree perro y de un can que se siente felino: dos graciosos títeres de manipulación directa. No menos atractiva resulta la figura del monstruo "invisible", seduciendo miedos sobre el cuerpo de Fedele.  

Flor Suárez y Emiliano Dionisi
 unidos por la magia de los cuentos

Mientras tanto, las canciones con letra de Dionisi, plenas de humor y travesura, corren sobre la banda musical: gran soporte del relato y muy celebrada por la platea.
La escenografía está en línea con el mundo extraordinario. Del armario siguen entrando y saliendo los elegidos personajes de la memoria de Helena, que un día cumple 7 y pide a la llama de su vela algunos deseos. Claramente, la niña está creciendo, pero aún está apegada a ciertos objetos entrañables de su primera infancia, aunque ya no los necesita: un par de sandalias, el chupete amado, una coneja de peluche. El interior de su placard es la playa, la calesita, una bicicletería. En cada espacio visitado, la niña crece.
El espectáculo pega saltos, como los niños en sus juegos, que van de un lugar a otro, sin descanso y con toda la fuerza de su fantasía. Una bici es un manubrio y dos sombrillas que ruedan: bello cuadro que retrata con sencillez y veracidad, la niñez. 
La platea dialoga con cada una de las historias, sigue a la protagonista, en una muy buena interpretación de Maida Andrenacci. Con encanto, la actriz encarna la curiosidad y avidez de una niña en su aventura de estar en el mundo. La acompañan intérpretes experimentados en el género musical. Los tres componen momentos coreográficos, que deleitan a la platea.  
Así pasan las páginas de Flor Suárez en la versión de Emiliano Dionisi, que las enriquece, y al mismo tiempo, potencia la última entrega del volumen de cuentos. 
¿Qué decir de los títeres? Su diseño y construcción germinan, en manos que destilan ternura  y originalidad.
Un espectáculo para disfrutar con las familias y para que siga existiendo un "había otra vez". ⧫

Por Patricia Lanatta
👏FESTIVA

HABÍA OTRA VEZ
Edad sugerida/
Desde los 4 años.
A partir de Cuentos en pijama, de Florencia Suárez
Versión teatral/ Emiliano Dionisi
Intérpretes/ Maida Andrenacci - Caro Setton - Fede Fedele
Diseño y realización de títeres/ Pablo del Valle - Alejandra Farley - Gustavo Garabito - Abril Girard Kohakura - Katy Raggi
Música original/ Pequeño Pez
Letra de canciones/ Emiliano Dionisi
Masterización musical/ Sebastián Fernández / Estudio Eclectic
Coach vocal/ Carlos Zabala
Operador de sonido/ Claudio Noguez
Diseño y realización de escenografía/ Carmen Auzmendi
Diseño y realización de vestuario/ Jorge López
Diseño de iluminación/ Lucía Feijoó
Operador de luces/ Exequiel Cassanello
Maquinista/ Gabriel Vidal
Dirección/ Emiliano Dionisi
Stage manager / asistente de dirección/ Jeremías Sapire
Fotografía/ Alejandra López - Rocío del Cerro
Diseño gráfico/ Nahuel Lamoglia
Prensa/ Varas-Otero
Comunicación/ Pablo Scioscia
CM/Redes/ Francesca Frelli Horga
Coordinación de comunicación/ Mey Scápola
Producción ejecutiva/ Javier Posik
Producción general/ Florencia Suárez - Eloísa Canton - Bruno Pedemonti 
IG/ @ellibrodecuentosenpijamas

Teatro Astros/
Av. Corrientes 746
Funciones/
De martes a domingo, a las 11 y 15 h
Última función/ sábado 27 de julio, 15 h.
Agosto/ domingo 11, 11 h.

viernes, 19 de julio de 2024

JUEGO Y EMPATÏA

Dolores Riera y Fran Andrade

Luego de 17 años de trabajo intenso, en los Centros Culturales porteños, con momentos notables en el "Adán Buenosayres" (Parque Chacabuco), llega al "Politeama" El Huemul de la Patagonia, un musical con 15 artistas en escena y una banda de rock en vivo. El espectáculo cuenta con libro y composición de Silvio Falasconi y narra las aventuras de un animal muy requerido por los hombres con hambre de poder, inocente hasta el infinito, que escapa del bosque de la montaña Roja, para recalar en un pueblito de la Patagonia en busca de amigos. Un cazador y una domadora de un circo son los desafíos más cercanos, que persiguen su captura para lucrar. Por fortuna o equilibrio natural, una cachorra, un pimpollo y una zanahora -acertadas composiciones del musical- resultan ser la mejor asociación para sobrevivir.
La puesta combina el humor con lucidas y parejas interpretaciones, vestuario, escenografía e iluminación a tono con la propuesta y una banda musical vibrante, que eleva emociones. Se suma la poderosa idea de comunicar a las infancias la importancia del cuidado del medio ambiente y su contenido, flora y fauna, en especial, de aquellas especies en peligro de extinción. También, la idea, no menos potente, del equipo en el andar de la vida y de un "hola" más que de un "chau". 

➧Autor y compositor/ Silvio Falasconi 

Elenco/ Fran Andrade (Huemul) - Dolores Riera (cachorra) - María Victoria Felipini (zanahoria) - Manuel Fernández (pimpollo) - Sol Scarso (Jaqué) - Dino Altobelli (cazador) - Franco Orono (Don Roque) - Carlos Issa (intendente)  - Dramantino (guitarra y voz) - Fabio La Pietra (bajo) - Luli Lizondo (batería) - Sofía Cerruto - Rodrigo Alejandro Farías - Leandro Paul Castro - Lucrecia Perdiguero (bailarines)
Coreografías/ Ana Izaguirre
Diseño de iluminación/ Alejandro Le Roux
Luces/ Ulises Rolón
Vestuario/ María Inés López - Teatro Villa Ruiz
Escenografía/ Teatro Villa Ruiz - Jorge Mondello - Gaspar Harán
Casquetes/ Alfredo Iriarte - Gabriela Guastavino
Sonido/ Matías Maya
Maquinista/ Marcelo Araujo
Asesor técnico/ Sergio Quiroga
Fotos/ Nacho Lunadei
Producción/ Teatro Villa Ruiz
Asistente de direcciD´Audia – Silvio Falasconión/ Silvia Kohan
Dirección/ Rubén D´Audia – Silvio Falasconi
Prensa/ Daniel Franco
Edad sugerida/ A partir de 6 años

➧Teatro Politeama/ 
Paraná 353
➧Funciones/
Vacaciones de invierno/ 20, 21, 23, 25, 26, 27
 y 28 de julio. 15 h.
Agosto/ sábado 3 y 10, 15 h.

sábado, 6 de julio de 2024

AMAR. CRECER. SOLTAR


Las buenas historias, esas que perduran y nos acompañan a lo largo de los años, nos atrapan desde un primer momento y a medida que vamos ingresando al corazón del autor nos van enamorando. El zorro, el labrador y el buen hombre nos invita a asomarnos al mundo de los vínculos, esencial para la existencia.
Aparece el buen hombre, como salido de un libro de cuentos. En una interpretación sensible, Santiago Lozano compone un personaje que se manifiesta con su tiempo, sin prisa; rutinario en su día a día, sin preocuparse por la repetición. Por el contrario, la disfruta, completamente afectivo con la naturaleza.  
Cada mañana, sale a pasear con su perro labrador (Gerardo Porión); el monte los espera. Los une una bella amistad, les basta mirarse para entenderse: gran sintonía entre actor y titiritero. El títere, de manipulación directa, se impone en la escena inmediatamente, con su porte ingenuo y juguetón. Su despliegue escénico descorre una enorme expertise en las manos de un titiritero, que el espectador conoce muy bien, tanto en la realización de retablos y marionetas como en su actuación. 
Siguiendo con el relato, en el bosque, el can va al encuentro de una liebre que, al ocultarse, le ofrece juego. 
Cierto día, el zorro irrumpe libremente, en el bosque (Daniela Fiorentino). Actriz y titiritera, con consagrados trabajos, productora de obras de títeres y objetos para bebes, infancias y adultos, que además, en esta versión, tiene el rol de la dirección de los títeres: impecable. En temporadas anteriores, brilló en el personaje de la vaca Wiwi ("Ana y Wiwi") en una interpretación entrañable. En esta ocasión, articula un personaje intrépido y curioso, que seduce al labrador y la platea. Poco tiempo les tomará sellar la amistad. 

Amigos en concierto

La versión no persigue el relato por medio de la palabra, se trata de una puesta que privilegia el arte de los títeres, la música y la canción. La música original, una labor destacada de Fernando Nazar, empodera aquellas escenas donde la emoción impera. En tanto la canción narra situaciones, pero sin saturar al espectador. El actor que encarna al juglar (Pedro Raimondi) se expresa a través del canto con una voz muy cálida, pero además sostiene otros roles; desplaza la escenografía móvil y manipula otros títeres (liebre, zorra, mariposa). El monte propone encuentros y el universo, lo infinito -sugiere la canción-.
El diseño y la realización de los títeres son tareas relevantes. Figuras y mecanismos permiten al espectador un agradable pacto de ficción, junto a las actuaciones de los titiriteros, que logran conquistar emociones y transmitir el alma de las marionetas, manipulándolas a su lado, imprimiéndoles el ritmo requerido en cada escena, su respiración y sentir. 

Aprender del otro 

Pablo Gorlero, periodista, investigador, escritor y director teatral, autor de celebrados espectáculos, muchos de éstos galardonados, un apasionado por las tablas -diría-, es el responsable de esta historia, inspirada en una real, de la puesta y dirección. Su propuesta retrata con gran sensibilidad, el ciclo de la vida, con su verdad inexorable y su aceptación. Eligió hacerlo con el lenguaje de los títeres, con espléndidos intérpretes y una composición musical que suena sinfónica. Prescinde de la palabra y es todo un logro. Hay pausas, silencios: sentires. El labrador intuye la visita de su amigo, la luz de una simple linterna proyecta la sombra del zorro; es un cuadro enternecedor.
Mientras tanto, el tiempo transcurre en la habitual danza de juego y empatía. Y el labrador envejece. Todos lo asisten cuando el salto del can ya no sucede, cuando su paso se torna cada vez más y más lento. Vuelvo a las actuaciones titiriteras, deparan escenas conmovedoras.
El final pone poesía a la vida de los protagonistas. La multimedia es la encargada de aplicar la magia. Entonces, el encuentro puede ser distinto y sumar a otros.
La cartelera teatral de Buenos Aires nos trae esta versión para las infancias y las familias, una grandiosa oportunidad para bajar decibeles y posar mirada en los vínculos, que están ahí, próximos a nosotros. ⧫

👏VERDADERA
     Por Patricia Lanatta

➥EL ZORRO, EL LABRADOR
    Y EL BUEN HOMBRE
    Dramaturgia, puesta en escena 
    y dirección general/
    Pablo Gorlero

    Intérpretes/
    Daniela Fiorentino/ Zorro
    Gerardo Porión/ Labrador
    Santiago Lozano/ Buen hombre
    Pedro Raimondi/ Juglar, liebre, zorra
    Inés Sceppacuercia/ Reemplazo de zorro 
    en vacaciones de invierno

    Dirección de títeres/
    Daniela Fiorentino
    Diseño de títeres y escenográfico/
    Inés Sceppacuercia
    Realización de títeres/
    Facundo Arana, Inés Sceppacuercia 
    Asistencia en realización de títeres/
    Nat Kravetz
    Realización de escenografía/
    Carmen Kohan, Inés Sceppacuercia
    Coreografía/
    Marina Svartzman
    Música original/
    Fernando Nazar
    Diseño de iluminación/
    Agnese Lozupone
    Coreografía/
    Marina Svartzman
    Música original/
    Fernando Nazar
    Realización de video/
    Rogelio Fuentes
    Fotografía/
    Fiorella Romay
    Diseño gráfico/
    Merci Brand Design
    Asistencia de dirección
    y producción ejecutiva/
    Pamela Jordan
    Producción general/
    Horacio Acosta Producciones

Edad sugerida
    A partir de 4 años
    Espectáculo para toda la familia
  
   Teatro Del Pueblo
    Lavalle 3636
    Funciones/
    Sábados y domingos, 17 h.
    Vacaciones de invierno/
    Sábados y domingos, 17 h

jueves, 27 de junio de 2024

EL ESPEJO DE LA PROPIA EMOCIÓN


Con frecuencia y para enriquecer la cartelera porteña, llegan a la ciudad artistas de distintos puntos del país, tal es el caso de Julia Siglianoprecisamente de Lincoln, provincia de Buenos Aires. En esta ocasión, con una versión para las infancias y la familia. 
La actriz y titiritera creó su primera Compañía en 2005 y generó espectáculos reconocidos, tanto en el orden nacional como internacional. "Asfixia, breve cuestionario de un amor virulento" (2008), para adultos, "Curiosidades fantásticas" (2010) y "El mundo de Dondo" (2014), para las infancias, integran una voluminosa producción, con galardones respectivamente. Su formación contiene las marcas de la Escuela de titiriteros "Ariel Bufano" del Teatro San Martín, de marionetistas de la talla de Ana Alvarado, Antoaneta Madjarova, Sergio Mercurio, Neville Tranter (Australia) y Philippe Genty (Francia), con quien integró la compagnie en el espectáculo "Les Voyageurs Immobiles" durante giras mundiales.
En 2021, junto a Luciana Maccaroni, conformó la Compañía Insólita, desde la que emerge este espectáculo: una experiencia estupenda.
¿Qué pasaría si...? interpela a la platea desde la imaginación, espacio sagrado y fértil. Lily y Hugo son los niños protagonistas que, ante la pregunta ¿qué sucedería si aconteciera aquello que imaginan?, ingresan en un juego de encuentros con sus propias emociones.
La puesta despliega diferentes retablos desde donde se asoman los títeres: los de mesa, de tamaño pequeño, articulados con desplazamientos cortos y voces cercanas a la platea, desde que representan los compañeros de su mundo inmediato, el cole. Y los títeres de boca, de mayor tamaño, que encarnan a los personajes principales y a otros que corporizan ciertas  emociones, esas que aparecen en la vida cotidiana y no son sencillas de encarar.
Julia Sigliano tiene un modo muy singular de comunicar su estética, que no radica solamente en la manipulación de las figuras, sino también en sus formas. El diseño de los títeres (Luciana Maccaroni) es decisivo en esta puesta. Interpretar el miedo cuando se oculta en la mochila de la escuela o cuando estalla con toda su fuerza, la furia en su desmesura, el abominable señor prejuicio con su dedo acosador, implica poder imprimir en la apariencia del títere la exageración que el estado reclama: punto logrado en la versión. El cuerpo de estas figuras son simples telas, que se extienden hasta lo infinito o se reducen hasta desaparecer, como los estados. También y a su turno, la potencia de las máscara se manifiesta en la misma sintonía. 

El títere se viste de emoción

La dupla Sigliano-Maccaroni se desplaza de retablo en retablo, con gran agilidad y precisión, con la pericia de acercar a la platea aquellos sentires que los ñiños experimentan. Ingresando en el punto de costura del espectáculo, ambas titiriteras poseen un saber, validado a través de encuentros con infancias de entre 8 y 11 años, en la búsqueda de llegar a sus preocupaciones e intereses latentes. Ante el espejo de su experiencia, la platea se reconoce gratamente. La empatía de los títeres provoca que se exprese espontáneamente. En más de un momento, la cuarta pared deja de serlo y se zambulle en la escena para compartir alguna vivencia con los muñecos protagonistas. En tanto, las intérpretes interactúan desde sus personajes, con maestría y equilibrio, sin perder el hilo de la historia. Así, la puesta transcurre con ritmo ágil, de manera fresca y natural, como los niños cuando juegan, con un ingrediente fundamental: el humor, colándose a lo largo de toda la versión. La música en consonancia, acompaña el desafío de crecer. ⧫

👏ESTUPENDA
     Por Patricia Lanatta

➥ ¿QUÉ PASARÍA SÍ...?
Edad sugerida/
A partir de 5 años

Libro y dirección/
Julia Sigliano
Interpretación/
Luciana Maccaroni, Julia Sigliano
Diseño y realización de escenografía/
Luciana Maccaroni
Vestuario/
María del Carmen Fiamberti
Música original/
Julia Sigliano junto a Jota
 Y Studio Producciones
Canción/
Virginia Abadía
Asistencia de dirección/
Mateo Potes
Asistencia de sala/
Damián Assandrid
Niños y niñas que colaboraron en la creación/
Teo San Vitale y Olivia Roldán
Fotografía/
Gentileza Compañía Insólita

Funciones/
Sábados y domingos de junio, 15:30 h.
Vacaciones de Invierno/
Del martes 16 al domingo 21 de julio, 15:30 h.
Centro Cultural de la Cooperación
(Sala González Tuñón)
Av. Corrientes 1543

Entradas👇

martes, 4 de junio de 2024

EL VALOR DEL OTRO



Se acerca el invierno y las historias lo convocan, como ésta. Mariano Cossa, músico de teatro, compositor de numerosas puestas tanto en el ámbito oficial como en el teatro independiente, autor y director de la premiadísima "Chocolate por la noticia. Las mujeres también cuentan" (2018) y de la dirección general de "Fausto Criollo - La folclópera" (2017), dos notables versiones del teatro para las infancias y adultos en la titiritezca, nos convida esta temporada, una de frío que dejará en el espectador más de un aprendizaje. 
Los pingüinos advierten que el sol se aleja de su latitud sur, su tierra, la de los Emperadores. La pingüina Marilina, muy pequeña todavía, transita sus días en La Colonia. Dialoga con su amiga Alba, una albatros que está a punto de emigrar con su familia entera, en busca de temperaturas cálidas. Son títeres con gracia, desde su diseño y realización hasta su manipulación directa, en la interpretación deliciosa de Sandra Antman y Laura Fontenla. 
Detenida en la dupla, se percibe un diálogo compositivo dinámico, que aporta voces empáticas, generando el modo adecuado para que el pequeño espectador pueda ingresar en los perfiles de cada personaje. Las miradas de Marilina y Alba, el movimiento de sus cabezas y alas son logros del diseño, la realización y la articulación sutil de estos títeres de mesa.
La estética en la vestimenta de las intérpretes acompañan la idea afectiva de aproximarse tanto a la platea como a sus figuras. Vestidos largos, manos enguantadas, siempre ubicadas por detrás de los muñecos, con rostros descubiertos, pero sin interferir el relato con su propia gestualidad. Todo el gesto lo gana el títere. 

La solidez de Sandra Antman y Laura Fontenla en el retablo

Alba parte y a Marilina la tienta el mar. Sabe que el sol estará oculto por largo tiempo y va tras él, pero sola. En sus recuerdos, repiquetea la recomendación de sus padres, que  machacan una y otra vez: "es la fuerza del grupo lo que nos mantiene vivos", máxima que intensifica el valor de la unión, reduciendo riesgos. 
El cuento tiene además, otra instancia narrativa, a cargo de Ema Peyla, que de a ratos, informa con encanto, detalles de la hazaña, mientras las titiriteras preparan el retablo con agilidad, para la escena que sigue. También, la intérprete interviene a la hora de la técnica de sombras, cuando participa en la articulación de figuras, en un cuadro íntimo y bello entre la pingüina y sus pares. 
La historia avanza sobre una escenografía con buenos recursos, sólo los necesarios, lo cual dispara en la platea una mayor imaginación para la aventura que enfrenta la protagonista. La música, el diseño sonoro y un convincente trabajo de manipulación de ambas intérpretes narran el peligro del hondo y gélido mar, la peripecia para sobrevivirlo, la sensación de un fugaz desamparo, el auxilio de una gran aliado.

La gracia de los títeres 

Un cuento sencillo, cercano al espectador al cual está dirigido, que se propone mostrar la formidable andanza de crecer. En la palabra valiosa de una gran conocedora de la niñez y de los títeres: "Para crecer no hay camino marcado", Silvina Reinaudi (de la entrevista realizada por la autora de este texto a la titiritera argentina en "El teatro de grupos, compañías y otras formaciones, Micropoéticas II", Ediciones del CCC, 2003).
Claramente, la riqueza de la experiencia adquirida vuelve con cada quien a casa. Otra vez, el Grupo Asomados y Escondidos vuelve a estampar su sello, con hacedores que saben trabajar para las infancias y una platea con expectación muy alta. 

👏 ENTRAÑABLE
      Por Patricia Lanatta

➥MARILINA Y EL MAR
Autor/
Mariano Cossa
Intérpretes/
Sandra Antman, Laura Fontenla, Ema Peyla, Gricelda Rinaldi 

Escenografía/
Ema Peyla, Gerardo Porión 
Diseño de títeres y objetos/
Ema Peyla 
Realización de títeres/ 
Gerardo Porión 
Realización de vestuario/
Florencia Picilli 
Música/
Mariano Cossa 
Diseño de iluminación, fotografía y diseño gráfico/
Ema Peyla 

Producción general/
Grupo Asomados y Escondidos
 
Dirección/
Mariano Cossa, Ema Peyla

➥A partir de los 4 años

Funciones/
Domingos, 15 h.⟶Del 2 al 30 de junio
UOCRA CULTURA
Rawson 42

Sábado 15 de junio, 17 h
LA CARPINTERÍA 
Jean Jaures 858

martes, 21 de mayo de 2024

LA HUELLA DE OFELIA



La Compañia Paprika teatral, procedente de Villa Regina, Río Negro, en su gira 2024, visitó Buenos Aires y dejó su estela. Paula Quintana, actriz, titiritera, dramaturga y artista visual, con trabajos tales como los galardonados República Análoga y Quster?, por nombrar los más recientes, deslumbra una vez más al espectador, en un espectáculo que va más allá de la ficción.  
Expediente Ofelia es una versión libre de "Hamlet", el clásico e infinito texto de William Shakespeare, que pone mirada en Ofelia, personaje secundario en la obra original, para interpretarlo con títeres, figuras planas, objetos, sombras, música, pintura y multimedia. Pero iré por partes, porque este unipersonal tiene más de una capa narrativa; se fragmenta la dramaturgia del texto y también, la puesta en escena, una labor destacada.
Quintana encarna a una actriz investigadora que comparte un sueño. En él, Ofelia y Hamlet se presentan como niños enamorados. Esta imagen poderosa de la infancia (ausente en la pieza shakesperiana) le dispara una apasionada búsqueda. Para ingresar a la intimidad del personaje, la intérprete decide internarnos en la tragedia y habilita el teatro dentro del teatro.
Sobre el escenario, el espectador encuentra un dispositivo que es biombo, retablo, pantalla y aún más. De manera coreográfica, Quintana despliega los personajes.
Yorick, el bufón de la corte, es un cetro títere de manipulación directa, articulado por la actriz, que a su vez, es su doble, con su cuerpo, voz e idéntica máscara, potenciando así los matices del personaje. Sus chistes burdos, alrededor de las fiestas en el palacio, su deformidad, sus juegos con el pequeño Hamlet, cargándolo en su espalda. En verdad, Yorick ha muerto, sin embargo, revive en el títere y en la intérprete para correr el velo de otra trama en Elsinor.
          
Yorick nos advierte 
sobre la existencia humana:
... Al final, bajo la tierra, todos habremos 
de experimentar la misma transformación

Paula Quintana, alternativamente en los roles de actriz, narradora y titiritera, reconstruye a Ofelia. Sabemos que su condición de plebeya no le permite amar al príncipe de Dinamarca -según la regla y costumbre palaciegas-. Una acuarela nos acerca su rostro puro, pleno de vida, una figura de Tarot, su temprano romance. Sabemos que pierde a su padre, Polonio, por obra de un Hamlet, enloquecido. La técnica de sombras nos muestra las manos de Ofelia, sosteniendo hierbas aromáticas: "Salvia, romero y tomillo, para aquel que fue mi amor". Un saber que poseía, que la diferenciaba. El canto de la intérprete dice de su amor y pena. Un cofre y una carta, leída poéticamente por una voz en off, recrea el adiós del príncipe a su amada: "Al ídolo celestial de mi alma". El títere, de manipulación directa que la encarna, es abrazado por la titiritera, que le da vida y presta su mano, en una profunda simbiosis. Ella renunció al amor. Él, en su plan por vengar la muerte de su padre, le ha mentido y su palabra violenta, la ha atormentado. La reina Gertrudis, madre del príncipe, nos describe su muerte, mientras un audiovisual nos la muestra perdida en su dolor, caminando, descalza, sobre la rama de un árbol, junto al río: "ese que no la retuvo".    


La mano prestada fortalece el vínculo 
entre títere y titiritera 

Expediente Ofelia es una obra plena de sutilezas. Se percibe en la concepción de la poética  de objetos y títeres, las marcas de Ana Alvarado y Daniel Veronese, artistas que influyeron en la formación de la intérprete. El espectador se ve envuelto en la ficción y va, como la investigadora, tras Ofelia. 
El juego de luces, con sus contrastes y sobre todo, en la generación de penumbras, permite meternos en el clima de poder, traición, locura y muerte. Ámbar y blanco señalan un tiempo presente; magenta, rojo y azul, tiempo pasado y onírico; verdes y turquesas, las aguas que arrastran a la doncella a la eternidad. La luz de una linterna, manipulada por la protagonista, sobre los objetos, genera plano detalle y subraya existencias.
La música medieval es preciosa y nos transporta justo allí, al corazón de la tragedia. Basada en melodías profanas de la época, nos invita a percibir las diferentes texturas musicales. Acordes, que apelan a una caja musical, persisten más allá de la función. Al mismo tiempo, todo un paisaje sonoro se expande en sintonía: el río resonando, el canto de pájaros, pasos en la fosa donde descansan Yorick y Ofelia.
La puesta se vale de objetos que documentan: botones, escudos, dije, llave. A su vez, el objeto-personaje toma su rol dramático en el teatro dentro del teatro, que homenajea a "la ratonera" del escritor inglés. En las manos de la titiritera, caballos de ajedrez, copas con coronas nos narran las partidas de Laertes, Gertrudis, Claudio y el infortunado príncipe. De nuevo, el poder, la traición, locura y muerte.
El diseño y realización de títeres comprende un trabajo integral, de gran expresividad: los materiales empleados en la máscara del bufón, cabellos y ojos de Ofelia aportan gestualidad.

Una diversidad de recursos 
se ensamblan para el relato

El punto de inflexión del expediente es la conexión Shakespeare (The Shakespeare connection), una red internacional de actrices, descendientes de personas reales en las que el autor se inspiró. ¿Acaso existió una joven, que vivió un romance en Elsinor con el príncipe de aquella corte, una mujer con saberes en la botánica medicinal, que el escritor supo poetizar en su obra?
El espectáculo habilita una dimensión digital. La investigación salta de la ficción a la realidad y nos interpela, como "Hamlet", sobre la existencia humana. Adentrarse en el universo de Paula Quintana es encontrar la huella de Ofelia.  

👏DEVELADORA
     Por Patricia Lanatta 

➥EXPEDIENTE OFELIA
Versión libre de Hamlet, de William Shakespeare/
Paula Quintana
Idea original, dramaturgia/
Paula Quintana

Interpretación/
Paula Quintana

Diseño y realización de escenografía, títeres, objetos y mecanismos/
Fernanda Bohigues, Tatalo Muzzin, Paula Quintana
Vestuario/
Fernanda Bohigues
Diseño y realización de luces/
David Fernández
Música original/
Esteban Quintana
Operación técnica/
Anabel Fontena, Sofía Romano
Diseño gráfico/
Garza Bima
Diseño web/
Juan Rolón
Fotografías/
Paula Quintana, Sofía Romano,
Fotomontajes
Miguel Barbero, Esteban Quintana
Audiovisuales, multimedia/
Päula Quintana

Ofelia niña/
Juliana Morais Giusiano
Hamlet niño/
Milton Muzzin Quintana
Voz de Hamlet/
Antón Deputat
Joselyn Bell/
Jos Bell

Colaboración autoral/
Guadalupe Berbih, Daniel Casablanca, Majo Fernández, Silvina Mañueco, Amanda Pisano, Guillermo Troncoso
Asistencia en dramaturgia/
Patricia Signorelli
Asistencia en coreografía/
Mariana Lynch
Asistencia en escenografía/
Inés Sceppa
Asistencia de dirección/
Silvina Mañueco

Dirección y Puesta en escena/
Guillermo Troncoso

Producción y dirección general/
Paprika teatral

➥Web

Gira 2024
Funciones/
Río Negro/
20 y 21 de abril ⟶Dante Alighieri, Villa Regina
27 de abril ⟶El Biombo, Fiske 
5 de mayo Teatro de la Barda, Río Colorado
Buenos Aires/
10 de mayo ⟶Las 4 plumas Club de Arte, San Andrés
11 y 12 de mayo ⟶La Gloria. Espacio Teatral, CABA

jueves, 9 de mayo de 2024

PROYECTO FRANKENSTEIN: LO HUMANO Y LO DIVINO




Por Patricia Lanatta

Proyecto Frankenstein integra la Colección Punto Clásico Hoy de Funda/Mental Ediciones, cuya apuesta es indagar la potencia de la palabra dramática contemporánea en sus relaciones limítrofes con la escritura fundacional. En el texto de Luciano Mansur, el desafío resulta de atravesar la intertextualidad de un clásico de la literatura universal, "Frankenstein o el Prometeo Moderno", de 1818.
Acompañado por reflexiones profundas de Ana Alvaradoa cargo del prólogo, Román LamasAnalía Fedra García Javier Swedzky -figuras reconocidas dentro de la titiritesca con una expertise relevante en calidad de dramaturgos, intérpretes, directores y docentes-, el autor no sólo publica el texto dramático sino que también analiza y aún más, desmenuza el recorrido de su investigación, con empecinado detallismo y no menos obstinada generosidad. 
Así, dificultades y superaciones son compartidas en el camino que lo condujo al puerto elegido: la técnica adoptada para el espectáculo Proyecto Frankenstein, estrenado en 2022, con insoslayables reconocimientos. 
Premio "Nacional Javier Villafañe", edición 2022, del Centro Cultural de la Cooperación: Premio Mayor a la Producción Integral para público adulto; Mejor Intérprete en Teatro de Títeres y Objetos; Mejor Diseño de Iluminación; Premio  "María Guerrero" (edición 2022), otorgado en 2023 por la Asociación de Amigos del Teatro Nacional Cervantes: Premio a la Mejor Actuación Titiritera en la categoría de Teatro de Titeres y Objetos; con nominaciones en ambos galardones: Adaptación o Versión Libre de Texto para Teatro de Títeres y Objetos; Puesta en Escena y Dirección; Espectáculo Unipersonal, en el primer galardón; categoría Adaptación, en el segundo; protagonista de ciclos, Festivales y Fiestas, tanto en la provincia y ciudad de Buenos Aires, como en el orden internacinal. 
El texto incluye agradecimientos a todas las instituciones que hicieron posible el espectáculo, de manera especial, a la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM), donde el autor egresó de la carrera (licenciatura) de Artes Escénicas con focalización en teatro de títeres y objetos; a maestras y maestros; colegas; editores y queridos afectos. Y de vuelta, en el contexto de la llamada "escritura palimpséstica", el reconocimiento a través de los tiempos, a la autora de la literatura que lo inspiró, Mary W. Shelley, que en palabras del autor "marcó un precedente inevitable en la ficción gótica y de terror", y a su rol de escritora en las páginas del siglo XIX.

El texto dramático
Luciano Mansur -actor, titiritero, dramaturgo y docente- adapta la obra original y hace foco en la cultura nacional y popular, singularmente en el litoral argentino, a partir de la figura de San La Muerte y a su culto. El estilo se ciñe a la escritura gauchesca, con sutilezas poéticas en el uso de metáforas y didascalias que la enriquecen. 
Advertimos intertextos de autores afamados que ponen dolor, desdén, ira al relato: Roberto Arlt, Domingo Faustino Sarmiento, William Shakespeare.
Advertimos también, lo monstruoso en la inclusión de dúos, que señala el costado humano siniestro, a la vez que favorece la narrativa para su punto: el teatro de títeres.

...Algo turbio en la mirada. Habia probado de todas maneras y en ninguna acertaba. Decían que me había pasado de listo, yo no sé, cuando te obsesionás, los ojos se te ponen bizcos. Una preocupación me visitaba en aquellos días... ¿Cuál es el cable que conecta con la vida?
El doctor retirado, Víctor Frankenstein, se confiesa en una posada en un paraje desolado. Hace un descanso, antes de subir al monte a terminar su proyecto ominoso. Lleva un baúl y dentro de éste, a la criatura sin nombre. Dispuesto se encuentra para acudir al altar de San La Muerte (estampa pavorosa, si las hay), a quien le implora vida a lo que tiene muerto en su guarida: la ciencia es coraje y la academia te expulsa porque es cobarde, se lo oye decirContinúa: les quiero ver: fosa común, NN, tumba, morgue, mausoleo, profanando lo propio y ajeno. Vigilia  y desvelo, sacrificios del metier para saber el secreto que todavía no encuentro. 
Así comienza el texto, que va introduciendo de a poco, a los personajes, suspendidos en una atmósfera de oscuridad honda, entre velas encendidas. 
El Santo le avisa que "la gente no está preparada para lo que desea": eso desea, uddesvela. Pero Víctor Frankenstein efectivamente, no se hará cargo de la imprudencia. Sobre el cuerpo incrusta el payé, réplica del santo. Enloquecido y tragado por su propio ego, el científico cree que su desgracia termina en ese acto que llama creador.
La criatura respira y el deseo es cumplido, el cuerpo vivo se mueve con fuerza y el miedo se apodera de Víctor, que lo abandona: el vacío ahora toma la palabra.
Cada tanto, sale de la remembranza y sigue confesándose ante la gente: la posada permanece oreja abierta, mientras la angustia a Víctor se le vuelve letra, reza una poética didascalia. 
Creador y criatura se volverán a encontrar cara a cara. A su tiempo. 

El texto espectacular
Se construye con títeres que mueve el propio intérprete, en su doble rol de actor y titiritero. A la vista del espectador, la técnica se consagra desde el principio hasta el fin, impactante.
A San La Muerte y a la criatura sin nombre, les siguen el ciego, el niñoLa criatura ha comenzado la búsqueda de su propia identidad. Se ha convertido en aprendiz de bufón de un ciego. Son dos mendigos, sobreviviendo. Este dúo es una imagen muy poderosa. Al primero le cuestan las bilabiales: cuestiones de sutura gramática: lengua cocida, fractura de neura y habla. Mientras que el no vidente custodia una lata con monedas: adosada a un muñón, de las piernas que ausentan. 
La realización de los muñecos corresponde a Román Lamas, a su vez, director del espectáculo. Es lograda y sobrecogedora. En la criatura, hay una necesidad de caricia, mirada, palabra. Como en el Frankenstein de Mary Shelley, persigue el afecto.
La elección de Lamas se atiene a su extenso conocimiento en el trabajo de titiritero a la vista del público, su trayectoria como manipulador y realizador, a su enorme experiencia en el trabajo de disociación que ocupó en el paradigmático grupo nacional "El Periférico de Objetos", iluminando el período entre 1990 y 2009.
Una valija olvidada, como la criatura, contiene los documentos que explican cómo le dieron vida. El esperpento va por la verdad: ¿querías ser el primero de la fila, jugando al diosito, a costa mía. Sigue, tenaz, en su búsqueda
Luciano Mansur celebra a Shakespeare con la incorporación del personaje pequeño William. Dentro de una máquina adivinadora, se encuentra el niño, con ojos cerrados, sin brazos y con corazón de perro. El adivinador espera por los centavos echados en la ranura. No reconoce a la criatura: no hay suerte ni destino para un desconocido. La furia se desata en el adefesio, que destroza al niño máquina. No puede evitar su destino bestial.  

El encuentro 
La criatura ha aprendido del maltrato. Sabe que ha sido un experimento. Sabe además, que Víctor Frankenstein arrancó una página: sólo a ustedes les está permitido vivir. Hay una duda que huele a flores... ¿Sabe lo que es besar? 
Le pide que le construya a alguien parecido a él, para vivir juntos en el monte, lejos de los humanos. Víctor vuelve a salir de su racconto y comparte nuevos miedos. Busca a Elizabeth, su novia -un maniquí de medio torso, sin cabeza, con vestido mostaza y saquito-. Bailan y en un descuido, acontece la venganza sobre el científico. 

La soledad irreversible 
La gente de la posada huye por el monte. La criatura mira todo, oculta. El santo, que ya ha cumplido, toma a Víctor por el cuello, en una manipulación magistral realizada por Mansur, que interpreta simultáneamente, a San La Muerte y a Víctor Frankenstein. 
Los crímenes que cometí y el desierto de vejaciones que sufrí ¿todo por el payé amuleto? Es la pregunta de la criatura, en medio de la orfandad a la que fue arrojada por su creador, por pensarse Dios y no aceptar su condición humana.

Crédito⟶Florencia Mansur

La técnica: la doble interpretación simultánea
Hay un punto de partida en el trabajo de investigación de Mansur que es la observación y expectación de espectáculos de títeres y objetos, de manera especial, en dos referentes: Neville Tranter y Duda Paiva. El autor intenta fortalecer su búsqueda, descubrir su propio camino. En otras palabras, toma una técnica determinada, se la apropia y la amplía. Esta operación se enmarca dentro del rol del artista investigador, denominación dada por el historiador, crítico, investigador y docente Jorge Dubatti (Artistas-investigadoras/es y producción de conocimiento desde la escena. Una filosofía de la praxis (ENSAD, Lima, 2020). En los ensayos reunidos en el libro, coordinado y editado por el teórico teatral, se reflexiona sobre la figura del artista-investigador en Latinoamérica, en los que se comprueba "la capacidad de producir pensamiento teatral y conocimiento científico sólido, territorializado, a través de los saberes que el teatrista experimenta desde la auto-observación y evaluación de su propia praxis" (Jorge Dubatti: 2020).
Del mismo modo, el autor indaga el recurso escénico y desarrolla el trabajo de desdoblamiento, creando un concepto propio: la doble interpretación simultánea. Asimismo, genera una caja de herramientas, como una suerte de puntos de apoyo, que guian la práctica escénica y la investigación teórica para conformar su espectáculo. 
Proyecto Frankenstein se ciñe al trabajo de interpretación de un teatro de títeres con particularidades: el titiritero trabaja a la vista del público e interpreta dos personajes: uno como actor y otro con un títere, de manera simultánea. Volviendo a sus fuentes inspiradoras, en el espectáculo de Tranter, Underdog (1985), queda atrapado por la habilidad del artista para disociar su interpretación en dos personajes, sin confundirse el uno con el otro.
Se plantea desde la teoría y la práctica, los problemas de la interpretación y las distintas estrategias de disociación de los titiriteros que trabajan a la vista del público. Define el modo de operatividad: contraparte, en el que el titiritero asume un personaje como actor y, al mismo tiempo, interpreta a otro con un títere. Observa que la dificultad se incrementa cuando se incorpora la utilización de partes del cuerpo del titiritero para conformar la corporalidad de los personajes títeres. Menciona a Philippe Genty, cuando el célebre marionetista señala el esfuerzo que debe hacer el intérprete en disocairse de la marioneta: extraer una parte de sí para incorporarla a lo inanimado, darle una personalidad, una memoria [...] sin olvidarse simultáneamente de habitar uno en su propio personaje (p. 74). 
Indaga en los escritos de Román Paska, que agrupó la labor de artistas en la técnica, definiéndola como "Teatro Desdoblado", donde expone que los títeres representan el doble de lo humano, del actor, del personaje (p.79).
Mansur señala: "el doble cobró sentido con la aparición de otro perssnaje (títere) que no forma parte de la novela original, pero que en nuestra versión escénica, contextualizada en la región del litoral argentino, tomó corporalidad".
San La Muerte es quien provee la llama de vida a la criatura, a pedido de Víctor Frankenstein. "... aparece como el doble de Víctor, y la muerte como el doble de las personas vivas", concluye.
La premisa tíitere y titiritero para que pueda ser percibida como una relación escénica entre dobles, debe responder a la participación de la dramaturgia, realización de títeres, interpretación, iluminación y del vestuario, en sumo maridaje. 

Crédito ➝Pablo Cittadini

El doble y el trabajo conjunto
Todo el diseño está pensado para que el titiritero manipule al títere desde dentro, con su brazo derecho, y que a la vista quede sugerido que tanto el personaje de Víctor Frankenstein como el de San La Muerte, por momentos, se les confundan los cuerpos y sean percibidos como si cada uno saliera del otro. Un desafío extraordinario.
En la relación dialéctica ilustrada en la fografía, hay un cambio de jerarquías. El títere pasa a tener un poder sobre el actor, superior. Se subvierte la lógica y el humano se convierte en títere del títere. El impulso de animación lo realiza el titiritero, pero la técnica de interpretación crea la ficción de que es el títere quien lo realiza. Aparece el uso de las piernas del manipulador, que las cede para componer a su personaje/títere. Esa integración sucede de a ratos. De vuelta, buscando que parezcan las de un personaje, y en otros, las del otro.  
En relación con la interpretación con el títere, por momentos, se aplica la manipulación como gesto. 
Toda una complejidad de signos, capas simultáneas de significación y de trabajo. Todo convive simultáneamente y el reto es lograr el equilibrio en la convivencia de ambas presencias, para que sean percibidas como signos autónomos.

El habla del títere
La palabra puede ser una gran ilusión en el teatro de títeres. Son mudos y la palabra es falsa. Dicho esto, el intérprete la emite y la trabaja en sincronización con el movimiento del títere. Es turno entonces, del análisis de la sincronización de labios (Lip Sync) y la gestualidad, que abrirán posibilidades expresivas. 
Existen grados de apertura de la boca, dependiendo de las vocales que se utilizan y el titiritero debe considerar las opciones que dan la boca del títere, sea por los materiales de los que está hecho, sea por su anatomía misma. 
Para Proyecto Frankensdtein, se aplican dos tipos de Lip Sync para los movimientos del habla de los personajes. En San La Muerte, la apertuta y cierre de boca se hace por cada sílaba; en la criatura, la apertura y cierre sólo se hace una vez para palabras de dos y hasta tres sílabas.
Resulta interesante también, el uso del pulgar para el títere de boca, en situaciones en que el personaje piensa y no necesariamente abre y cierra la boca, otorgándole riqueza expresiva en la síntesis. Otra vez, Mansur subraya la diferencia con el personaje humano, que sí pone en juego todo un lenguaje corporal gestual. Lip Sync corporal, en términos del titiritero Javier Cancino, docente del autor en la Universidad, sumando el movimiento de cabeza en el habla y puntos fijos de la mirada. 

La ventriloquía
En el camino a la verosimilitud del personaje/títere, Mansur, influenciado por otro de su docentes, Alejandro Bracchi, incorpora esta técnica, como disociación y a la vez, como habla del títere. Establece similitudes con la técnica del titiritero. Ambas trabajan a la vista del público, utilizan el modo contraparte de manera intuitiva, generan ilusión de vida en su muñeco y lo diferencian, respecto del personaje que llevan a cabo como actores. 
El ventrílocuo habla con la boca semicerrada, labios casi cerrados, para que se pueda emitir el sonido. La que hará todo el trabajo, moviéndose dentro de la boca y apoyándose contra el paladar o cara interna de los dientes, es la lengua, que fabrica palabras. En este punto, acudió a los saberes de artistas de la disciplina, como Miguel Ágel Lembo y Daniel Riera.
En el unipersonal, se aplicó la técnica para el personaje de la criatura y en momentos específicos en que Víctor Frankenstein se encuentra con San La Muerte, cara a cara. Mansur lo utilizó para generar en el santo un efecto espectral en la deidad pagana. Para la criatura, para hacer evidente su pronunciación y destacar las dificultades del habla del personaje, debido a su construcción, integrada por partes donde tiene fallas en la mandíbula, además de su lengua mal cosida. Como él mismo señala a su creador: ne cosiste nal la lengua. Es que la técnica no se lleva bien con algunas letras. Explica el autor: "las consonantes bilabiales (oclusivas, como la b y la p, nasales como la m) y las fricativas sordas (f) o sonoras (v) son imposibles de pronunciar sin mover la boca" (p. 97). Ciertamente, hay que hacer un esfuerzo para reemplazarlas por otras consonantes que se escuchen de manera similar.
La ventriloquía, al incorporarse en el habla del títere, supone modificaciones en la dramaturgia que redundan en beneficio de la interpretación. Al principio, la criatura llamaba papá a su creador, pero la p debe reemplazarse por la consonante t. El carácter rural de la adaptación hizo posible nombrar Tata a Víctor.

Crédito⟶ Florencia Mansur

Luciano Mansur completa su investigación con otra herramienta: la manipulación como gesto, en el que pone un interés particular. El marco operativo es la doble interpretación simultánea. Expresa con contundencia: "la manupulación como gesto, se activa cuando la manipulación del titiritero es percibida por el público como una acción dramática del personaje/actor, en vez de ser codificada como un movimiento de manipulación liso y llanamente" (p. 91). 
Claramente, contribuye al engaño visual. Lo vemos de manera soberbia, en la escena entre San La Muerte y Víctor Frankenstein, cuando el santo le tapa la boca a Víctor y éste reacciona intentando resistir con su mano, la acción del personaje/títere. Se trata de un procedimiento interpretativo sumamente complejo, desde que el intérprete es motor y reactor: origina movimientos en el títere y reacciona a su propio impulso, como si fuera algo ajeno a su cuerpo. Es una herramienta que otorga valor a la situación dramática. Así, la manipulación entendida como gesto, se la puede interpretar como una acción con una doble vida: el movimiento de manipulación y la acción dramática del personaje/actor, finaliza el autor.

Comprender más plenamente la actuación en el teatro de títeres como un sistema de desdoblamiento, diferenciándolo con el teatro de actores y actrices, en especial si se trabaja a la vista del espectador, es el sentido de esta investigación. La disociación es importante, si la técnica se la incorpora a una instancia superior, el trabajo interpretativo del artista. 
La enorme solidaridad de este intérprete, al compartir su trabajo con sus colegas contemporáneos, dejando a su vez, el legado a las generaciones venideras, prestigia aún más su labor y talento.
Adentrarse en Proyecto Frankenstein es un modo de empezar a saborear esta ficción atípica para el teatro de títeres y una invitación formal para disfrutarla en el teatro. ⧫

→PROYECTO FRANKENSTEIN
Autor/ Luciano Mansur
Teatro
Colección Punto Clásico HOY
Funda/mental Ediciones
Gabriel Penner / María Paula Compañy
Imagen de tapa/ Florencia Mansur
1er ed. / 100 págs
Buenos Aires / Año 2023
Con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro
fundamentalediciones@gmail.com
Disponible en la Feria del libro 2024, Pabellón Azul, Stand 602, Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires