Fedro y el dragón se estrenó en 2008 y no paró de brillar.
La semilla que luego germinó en este espectáculo admirable, se inició en 2001,
en el unipersonal de Fernando Arancibia, con dirección
de Claudia Peña, El escudero Hans,
inspirado en el cuento de los hermanos Grimm. Lo interpretaron títeres con
cabezas talladas en gomaespuma sobre manos desnudas, que fueron diseñados,
construidos y articulados por el propio Arancibia. Sin duda, esta obra es la
más popular del repertorio de La Faranda,
la más premiada y distinguida. En 2018, al cumplir sus 10 años, la Compañía opta por renovar el títere estrella, el dragón gigante, para hacerlo aún más
imponente y fácil de manipular; el vestuario, maquillaje, la escenografía y
utilería también se innovaron. Fue entonces cuando resultó ganadora de la XXIV Fiesta Provincial de Teatro de Salta.
La
Faranda se forma en 1997, como un grupo de teatro de actores, en el '98, cuando
algunos de sus integrantes toman otros caminos, queda conformado por sus actuales teatristas, que deciden idear títeres mecánicos con la
finalidad de ampliar las posibilidades expresivas de los personajes de sus
obras. Así, en el ´99, llega al retablo Fuenteovetíteres,
sobre el texto de Lope de Vega, la primera versión con 14 títeres mecánicos y
de varilla. Un año más tarde, le sigue Quijote
títeres, basado en la novela de Miguel de Cervantes Saavedra, segundo gran montaje, con un
elenco de más de 30 muñecos, muchos de 1 metro de altura, y
otros de varilla, sobre dispositivos escénicos. Un espectáculo que viajará por
Bolivia y Chile, que alumbrará más tarde, en 2016, Quijote a la cabeza y que será un hito en la trayectoria de la
Compañía. Definitivamente, la búsqueda pasa por investigar y encontrar aquellos
materiales que puedan ensanchar la capacidad de expresión de sus creaciones. Y lo logran. Más de 25 obras de distinto formato, lo confirman.
Recientemente, Fedro y el dragón integró la programación del 2° Festival Internacional de teatro de títeres y objetos animados, que se desarrolló del 4 al 7 de noviembre en la ciudad de Villa Ballester, organizado por la prestigiosa Compañía Omar Álvarez Títeres en una fiesta para los sentidos, los artistas, el barrio y su gente. La dupla coronó el encuentro con funciones en el teatro del Colegio José Hernández, cuyas dimensiones importantes se adaptaron al gran montaje del espectáculo. El público lo ovacionó de pie, con aplausos apasionados y agradecidos.
Enamorarse de una historia
A veces, la compañía construye historias propias, otras, elaboran una dramaturgia a partir de textos clásicos, aquellos que los enamoran, para compartir con sus espectadores un acontecimiento fascinante. En este caso, echan mano a una
segunda versión del cuento infantil, narrado esta vez, con títeres mecánicos y otros
articulados según la necesidad dramatúrgica. Se trata de un relato con valores,
que habla de honestidad, respeto y valentía y, en contraste, de ambición,
mentiras y traición. La Faranda mantiene la anécdota principal: la relación entre el
escudero joven y el caballero al cual sirve, pero este último se llama
Claudicante y es mucho más despiadado que en la historia original, capaz de engañar a su escudero fiel, por partida doble, movido por la codicia y el
afán de convertirse en un Claudimagno. Por
su parte, Fedro, cuyo nombre de origen griego, remite a un ser radiante y gozoso,
es noble, entusiasta y entrena duro para merecer el título de hidalgo. No es
precisamente un galán, aunque tiene otros atributos que atraen a la princesa
del reino. Tiene además, un defecto: no puede pronunciar la "p", por
lo tanto, la espada que prepara para su señor, la llama “freciosa”. Esta
imposibilidad, tomada del cuento, gana al espectador y aporta gracia
al protagonista. La dramaturgia incorpora un elemento mágico, clave para el desenlace de la historia: un sombrero delator, que el servidor
recibe de manos del rey, disfrazado de indigente. Pero en principio, este
antihéroe es mucho más fuerte de lo que parece y tiene el coraje para enfrentar
la adversidad y su propia limitación.
La
verosimilitud de los títeres
La puesta es muy inteligente, se apoya en una selección musical, que permite seguirla con ritmo y sonoridades medievales. Una parte del relato recala en un tema musical del grupo español Milladoiro, Foliada de Berducido, en el que desbordan el arpa, clarinete, la guitarra, gaita y percusión, instrumentos que nos sumergen en la atmósfera del cuento fantástico.
La puesta es muy inteligente, se apoya en una selección musical, que permite seguirla con ritmo y sonoridades medievales. Una parte del relato recala en un tema musical del grupo español Milladoiro, Foliada de Berducido, en el que desbordan el arpa, clarinete, la guitarra, gaita y percusión, instrumentos que nos sumergen en la atmósfera del cuento fantástico.
Un jinete anuncia a través de su corneta, la cercanía del feroz
animal, que no puede escapar a su destino de destrucción. Se trata de un títere
de sombra, con mecánica que le permite cabalgar. Se escuchan los
gritos del pueblo, aterrorizado, a través de las voces convincentes de los manipuladores. No lo
vemos, pero es posible imaginar el espanto. Finalmente, llamaradas de ficción evidencian
la llegada definitiva de la criatura, que se manifiesta con toda su desmesura.
Aparece en el justo momento, no invade el espacio; la entrada es colosal y su
actuación está muy bien administrada. Esto hace que el relato mantenga el
suspenso y habilite el asombro en la platea. Antes de esto, se sugiere su presencia. Dos puntos rojos en la oscuridad, espían la comarca (nos
espían). La iluminación es otro procedimiento vital de la puesta, generadora de temor y encanto. La pesada marcha del gigante resuena, a través de efectivos recursos
sonoros. Los mecanismos para este títere de gran formato, portan ingenio y
propician que el coloso bata sus grandiosas alas, baje su largo cuello en busca
de su presa, mueva la cabeza de lado a lado, abra su boca y encienda de furia
sus ojos. El defensor del pueblo es Fedro, solo y con su espada. Claudicante
acaba de arrojarlo a la bestia, con toda vileza y cobardía. Ambos títeres
componen una escena extraordinaria.
Fedro tiene más de una posibilidad expresiva, su actuación mecánica le permite empuñar su lanza en la gran batalla, hablar, poner
y sacarse su sombrero, sostener un farol y hasta operar algún truco para conquistar a la princesa.
Hay una equilibrada combinación entre los muñecos mecánicos y otros de distinta
técnica y tamaño. En las escenas a distancia, sobre un segundo retablo,
instalado a mayor altura, los enamorados tendrán un pequeño formato. En sus interpretaciones mecánicas, bailan, entre otras acciones. La danza del
cuerpo de los titiriteros detrás del retablo principal, se prolonga para
expresar el baile de los títeres. Es un cuadro de gran belleza, sobre música de
ópera. La ilusión se arma con los titiriteros, con la vida que insuflan a sus
personajes y con la imaginación del público, que completa los puntos
suspensivos.
Estos magníficos artistas de la cosecha Argentina, son itinerantes y se quedan un rato más en Buenos Aires. Es una excelente
oportunidad para disfrutar la generosidad de su arte. ⧫
👏
INMENSA
Por Patricia Lanatta
Por Patricia Lanatta
↴ FEDRO Y EL DRAGÓN
Adaptación
de Hans, el escudero, de los hermanos Grimm.
Investigación histórica/ Claudia Peña
Dramaturgia,
Selección Musical, Diseño y Construcción de muñecos, Vestuario,
Utilería, Escenografía, Montaje, Operación Técnica/ Claudia Peña, Fernando
Arancibia
Diseño y
Construcción de dragón, Diseño y Construcción de retablo y mecanismos
escénicos, Diseño de iluminación/ Fernando Arancibia
Interpretación, Producción y Dirección/
Compañía La Faranda
Fotografía/
Alfonso Antonio (para el Instituto Nacional de Teatro, Delegación Salta)
PREMIOS Y DISTINCIONES
➧ Seleccionada para integrar el catálogo del Instituto Nacional del Teatro 2020
➧ Seleccionada para integrar el catálogo del Instituto Nacional del Teatro 2020
➧ Ganadora de la XXIV Fiesta Provincial de
Teatro de Salta 2018
➧ Premio Nacional Javier Villafañe al
teatro de títeres y/u objetos 2018:
Destacada en los rubros Musicalización. Adaptación
de texto para teatro de títeres y/u objetos
➧ Premio LATEA 2008 (Premios locales a
la Labor Teatral):
Mejor Sonido y Musicalización. Mejor
Iluminación. Mejor Manipulación. Mejor Espectáculo.
➧ Premio Nacional ATINA 2008
(Asociación de Teatristas Independientes para la Niñez
y Adolescencia):
Diseño de Títeres y Objetos. Diseño
Escenográfico. Diseño de Vestuario.
Diseño de Iluminación. Adaptación.
Espectáculo. Producción
Viernes 12 de noviembre, a las 15 y 17:30
h.
Tecnópolis ➤ Sala del Instituto Nacional del Teatro
Tecnópolis ➤ Sala del Instituto Nacional del Teatro