La música prologa la escena: Ricardo Scalise y Dolores Usandivaras nos anticipan algo de la
historia, mientras Alejandro Bustos construye sobre un retablo de arena, la geografía
de Mini, minúsculo territorio donde habita el cuento. En un clima alto
de juego en el que se articulan las letras y notas musicales, los dibujos color
sepia y la iluminación plena, llegan los
cuentacuentos Guadalupe Bervih y Daniel Casablanca, que serán narradores y
actores de todos los personajes.
En
la pequeña aldea litoraleña viven sólo dos familias prolíficas: los Garciareté
y los Pereyraté, y el séptimo hijo en cada una es el gran secreto de esta
historia. La versión toma el mito del séptimo infante, que nace con poderes
especiales y se diferencia del resto.
Daniel
Casablanca regresa a la platea de los chicos con sus formidables dotes de bufón
y clown, para protagonizar una obra singular en el texto, estructura narrativa,
actuación y dirección. Desde el título, Yatencontraré, con palabras concatenadas casi a modo de etiqueta, nos
avisa de algo distinto.
“Las
familias tienen secretos, de esos que no se pueden contar. A lo largo del espectáculo, los actores repiten el texto y tallan la narración con ritmo, agilidad,
vestuario y algunos objetos simples que los mutan de un personaje a otro: Teresita, la número siete de los Garciareté, y Mateo, el siete de los Pereyraté.
A su vez, con dos figuras planas sobre sus rostros, se convierten en un chancho,
un sapo y también encarnan a un yaguareté cuando sale el sol, y un yacaré
cuando aparece la luna.
El
humor y la frescura se instalan y permanecen en la escena, de la mano de una
dupla que en el minuto uno de la historia, conquista a grandes y chicos. La
puesta impulsa además, un decidido quiebre de la cuarta pared para arrimar
protagonistas y público. Y en este acercamiento la luz es enfática.
A
las cinco de la tarde, las familias regresan de sus tareas en el campo y toman
tereré. Ese es el gran momento donde Tere y Mateo se coquetean y “encuentran" para jugar. Bervih-Casablanca despliegan un gran juego actoral que se espeja
con mucha gracia, en los códigos de los niños y provoca más de una carcajada.
Mientras
tanto, un mundo de arena se proyecta sobre una gran pantalla (a través de dos manos
“aladas”) y la música en vivo sigue construyendo la historia con los protagonistas
–dos enormes soportes narrativos-. Entonces sabemos qué ocultan las familias y todos
asistimos al eclipse que pone fin a un largo hechizo. Finalmente, cuando se
develan los misterios, la platea estalla
en un tiempo de fiesta.
Esta
obra demuestra que en el teatro para niños es posible ofrecer dramaturgias innovadoras,
con temáticas y estéticas capaces de dialogar airosamente con su público. ⧫
👏 Excelsa
Patricia Lanatta
Patricia Lanatta
Domingos, 16 h / Hasta el 2 de junio
Sábados y domingos, 16 h / Desde el 8 de junio hasta el 4 de agosto
Sábados y domingos, 16 h / Desde el 8 de junio hasta el 4 de agosto
➥ Centro Cultural de la Cooperación / Av. Corrientes 1543
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Idea
original y dramaturgia: Guadalupe Bervih • Daniel Casablanca
Actuación: Guadalupe Bervih • Daniel Casablanca
Guitarra
y voz: Ricardo Scalise
Acordeón,
percusión y voz: Dolores Usandivaras
Dirección
musical: Ricardo Scalise
Sombras
de arena: Alejandro Bustos
Dirección
de arte: Analía Cristina Morales
Diseño
de iluminación: Sebastián Ochoa
Realización
de utilería: Walter Lamas
Realización
de vestuario: Jorge Maselli • Beatriz Pertot
Dirección:
Andrés Sahade
Comunicación:
Varas Otero