En una sala que podemos llamar "mágica", en el subsuelo del CETC -Centro Experimental del Teatro Colón-, acontece Este cuento no es silvestre, con libro y dirección escénica de Emiliano Dionisi, creador de inolvidables espectáculos para la platea de las infancias, adolescencias y adultos, que en su luminoso recorrido como actor, dramaturgo y director, no termina de asombrarnos y vincularnos con la escena. Claramente, el espectador sale del teatro enamorado de aquello que vivenció.
Silvestre está a punto de cumplir sus 16 y su madre ha tomado una drástica decisión: mudarse de la ciudad a la selva misionera, en adelante, geografía que opera como una metáfora de la otredad.
Alrededor del personaje, bellamente construido por Tomás Castiglione, suceden cosas extraordinarias. El reto es adaptarse y no habrá crecimiento posible, si no transita esta premisa.
El miedo a lo distinto lo aterra. A través de un inteligente procedimiento expresionista, el protagonista objetiva temores y contradicciones y los vuelca salvajemente.
La máscara, poderoso recurso de la puesta
En la escuela, sus nuevos compañeros portan máscaras de animales, también su maestra; hasta su madre. Son personajes sobredimensionados desde su propio mundo interior. En sus diálogos, sólo escuchamos la voz del actor, que presta y compone, de modo formidable, las voces de todos los personajes, mientras que en éstos actúa la mímesis primorosamente. Con este acertado recurso, Dionisi traviesamente, nos avisa que en Silvestre anida todo el desafío.
La interpretación de músicos, cantantes y bailarines es de altísimo nivel, con una actuación ciertamente lucida del Ensamble Barroco y alumnos de danza y canto de la especialización en Ópera Barroca del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
La escenografía se compone de sugerentes telones y simples cajones, que resignifican mudanza, aula, juego, racconto. La puesta hace gala de la totalidad del espacio: los espectadores no sólo dialogan con la propuesta de manera frontal, sino desde la bilateralidad escénica. Sentados sobre mullidos almohadones, expectan el acontecimiento desde otra perspectiva, que enriquece por cierto, el mirador. Definitivamente, la sala con su característica subterránea, provoca cierta fascinación: las columnas -vestidas del Litoral- integran el juego actoral y suman misterio.
Emiliano Dionisi, autor y director del espectáculo |
La música elegida tiene anclaje preponderante en el compositor francés Jean-Philippe Rameau, con partituras que aportan sorpresa, conflicto, furia, aceptación; con sonoridades que subrayan los estados contrastantes de Silvestre, bajo la batuta del reconocido director musical Manuel de Olaso, al frente del Ensamble Barroco. En cuanto al trabajo de los vocalistas, se señorea en la escena y atraviesa la platea con emoción.
Un cuadro en particular se alza con esplendor: una larga tela blanca se agita. Es el río, el lugar que mejor contiene al protagonista, que lo remite con nostalgia a su padre. Un conjunto de peces -objetos articulados delicadamente por los intérpretes- genera un instante bello, reparador. Más tarde, Silvestre se enfrenta con un personaje clave en su historia: el yaguareté, personificado por un bravísimo barítono.
A estas alturas, nuestro querible personaje está a punto de domesticar su lado más feroz. De cara a la alteridad, surgen preguntas como ésta: ¿cómo me reconozco en un otro si no puedo confiar?
La aventura sinuosa de crecer navega en esta brillante versiön de teatro musical, dentro del ciclo "Tierra de cuentos y leyendas". Una vez más, Dionisi alumbra el territorio de la niñez, en esta ocasión, junto a la excelencia del ISATC. Chapeau.
Queda flotando el sueño de prolongar este cuento más allá de las vacaciones para que alcance a más infancias. ⧫
👏BRILLANTE
Por Patricia Lanatta
➤Funciones
Vacaciones de invierno/
Del martes 18 al domingo 30 de julio, 11:30 h.
➤Centro de Experimentación del Teatro Colón
Tucumán 1171
➤Entradas
➥Este no es un cuento silvestre
Dramaturgia y dirección escénica/
Emiliano Dionisi
Dirección musical, adaptación
y arreglos musicales/
Manuel de Olaso
Coreografía/
Margarita Fernández
Escenografía/
Gonzalo Córdoba Estévez
Vestuario/
Jorge López, Analía Morales
Iluminación/
Fabricio Ballaratti
Fotografía/
Prensa Teatro Colón/ Máximo Parpagnoli
Asistentes de dirección escénica/
Rodrigo Meléndez Aquino, Carolina Basaldúa
Coordinación de producción/
Diego Glaser
Coordinación escenotécnica/
Ladislao Hanczyc
Maestra interna/
Agustina Zalba
Ensamble Barroco del ISATC
Alumnos de Canto de la Especialización
en Ópera Barroca
Alumnos de la Carrera de Artes Escenotécnicas
Elenco
Silvestre/
Tomás Castiglione
Madre, hermana y maestra (soprano)/
Constanza Díaz Falú, Sofía Centelles
Padre y hermano (barítono)/
Santiago Tiscornia, Mauricio Meren
Bailarines/
Martina Di Ninino, Evangelina Dulce Martina, Valentín Fresno, Pablo Ripari
Ensamble Barroco del Teatro Colón
Violines/
Emir Manzur, Axel Hernández, Carolina Dupuy, Milagros Serruya
Viola/
Rocío Duette
Violoncello/
Guido Wardak
Contrabajo/
Lautaro Martínez
Percusión/
Valentín Depaoli
Flautas/
Agustina Michati, María Pilar Moreira
Clave/
Andrés Arzaguet
Alumnos de la Carrera de Artes Escenotécnicas del ISATC
Especialización en Pintura Escenográfica/
Anastasia Martina Bosson, Daniela Morone, David Ortiz, Virginia Penzo
Especialización en Sastrería Teatral/
Camila Cejas, Macarena Cuello, Aixa Sueiro,
Natalia Sánchez, Anusha Guerenstein,
Eugenia Vernasca
Especialización en Caracterización/
Carolina Baron, Elizabet Leiva, Carla Rodríguez, María Sol Tonini
Edad sugerida/
Desde 8 años