Pasado el esperado y galopante receso invernal, con la tradicional y variada oferta de espectáculos para las infancias, adolescencias y familias, es saludable revisar cuáles propuestas arribaron y se instalaron -aunque brevemente- en Buenos Aires, tanto en la capital como en la provincia, y qué huella dejaron. Tal es el caso de Cosas de Payasas, del Grupo misionero Ton y Son,
La propuesta es una adaptación de Gricelda Rinadi, del consagrado texto de Claudio Martínez Bel, narrado desde una perspectiva de mujer, abriendo una paleta de sentidos que ponen en diálogo a dos payasas entrañables con la niñez. Ante todo, las protagonistas son madre e hija y, si bien recrean la poética del circo, apuestan a construir los matices de su vínculo. Tonieta posee toda la expertise y con ternura, se regodea en sus saberes. Titina quiere aprender el oficio y lo intenta insistentemente, con errores y aciertos, comodidades y picardías. Cuando aún no está lista, todo el peso del equipaje artístico recae en Tonieta: una imagen elocuente y graciosa, altamente celebrada por el público.
La escenografía plantea una carpa en algún lugar, en cierto pueblo, y apela a la simplicidad. El diseño de iluminación es sugerente y nos invita a imaginar. El vestuario carga biografía, tradición y gran detalle: en la puntilla, la flor, el sombrero, el zapato de tacón, el pomposo maquillaje. Hay feminidad en la edificación de los personajes, también en el lenguaje. Esta es una marca del espectáculo, precisamente por la suavidad con que se acerca al pequeño espectador. Sin prisa, el relato avanza con ese tono, manso. El humor y la poesía transitan en cada rutina que mamá payasa enseña y Titina imita.
Como en toda relación, el crecimiento en cada quien quiebra "felizmente", la endulcorada monotonía. Una cede territorio conquistado; la otra lo toma con su impronta. Entonces, ya no pueden convivir dos sombrillas iguales y diminutas para acometer el gag. Cada una desplegará sus recursos por elección, portará su propia valija, mágica. Una delicada bailarina dejará atrás el zapato de tacón.
La puesta pone el foco en el espejo como símbolo, para reflectar hacia el público, los estados que van mutando en la relación: la preparación para salir a escena, la frustración, el aburrimiento, enojo, el descubrimiento. Este último, fundamental para que el vínculo entre ambas crezca. Ciertamente, Tonieta y Titina desnudan sus lazos en escena, ventilan sus "cosas", aquello que sólo acontece en la intimidad. Por tanto, dialogan como payasas, entre miradas y gestualidades.
El Grupo de Posadas tiene un bello recorrido por el universo de las infancias. Se transparenta en el enorme respeto con que se dirige a la platea. Gricelda Rinaldi coordina y "acuna" desde hace quince años, el precioso Tutú Marambá, Festival Internacional de Artes Escénicas dedicadas a la niñez, que de manera gratuita, reune a los pobladores con artistas del mundo.
De vuelta a la versión, podemos leer la intención de construir el espectáculo como si se alojara en un otro espacio, con pausa, silencio, levedad. Las payasas dibujan sus rutinas con delicadeza y las comparten con el público. Florencia Piccilli es poseedora de una notable ductilidad corporal; por momentos, sus largas y esbeltas piernas se mueven con la elegancia de un cisne. Su personaje -desde el inicio, aunque todavía no lo sepa- tiene mirada de payasa. Los ojos dicen más que su texto.
Simplemente, son mujeres que transmiten el espíritu clownesco, con su inocencia, torpeza, sencillez, gracia e ilusión. No veremos acrobacias, no nos prometerán números de alta tensión, tampoco nos contarán una historia. Sin embargo, el espectáculo atrapa. No faltará la mesa pequeña, con sus tazas de té; la caída, el miedo, la competencia (con baldes de pintura), la reconciliación. Hay mucho empeño al servicio de la mejor lección pero también, tozudez, rasgo aceptado y aplaudido por la audiencia. Reflejado en la escena: la madre llega impecable, con sus zapatos rojos y vestido zambullido en puntillas de antaño. Lleva el orgullo de ser quien sabe ser. Marca la rutina y da vuelta la página.
La canción interviene para profundizar este dibujo y goza de las letras y la música de dos grandes conocedores de las infancias: Silvina Reinaudi y Carlos Gianni. Entonces, la canción completa el periplo de las actrices, que además, son madre e hija en la vida real. Este detalle no es menor, es un enlace invisible que en algún momento, se expresa, como el estreno de la nariz roja, esa vez primera, bautizado por mamá payasa.
Durante todo el espectáculo, ambas crecen y el legado se consuma. Cuando Titina aprende, ambas ríen y ríe la platea también, que como en la vida misma, se espeja en la propuesta. La línea inexorable del tiempo pone sabiduría en la discípula y desmemoria en la maestra, descorre el final de todo aprendizaje: el vuelo propio.
La versión integró la programación del Centro Cultural Espacios, Kirchner y Timbre 4. En cada escenario dejó la huella de la inteligencia a la hora de tejer vínculos. ⧫
👏 ÍNTIMA
Por Patricia Lanatta
➥Cosas de Payasas
Adaptación del texto Cosas de Payasos,
de Claudio Martínez Bel/
Gricelda Rinaldi
Intérpretes/
Florencia Piccilli, Gricelda Rinaldi
Diseño de vestuario/
Florencia Piccilli
Diseño de iluminación/
Hernán Dávalos
Música/
Carlos Gianni
Letras de canciones/
Silvina Reinaudi
Fotografía/
Gentileza Grupo Ton y Son
Dirección/
Gricelda Rinaldi
Edad sugerida/
Desde 3 años
➥Premios
ATINA 2016 (Asociación de Teatristas Independientes para niños/niñas
y adolescentes)
Distinguida en los rubros/
Espectáculo para niños/niñas
Interpretación femenina (Florencia Piccilli)
Interpretación femenina (Gricelda Rinaldi)
Dramaturgia
Dirección
Música
Diseño de vestuario
Diseño de iluminación
TEATRO DEL MUNDO (Universidad de Buenos Aires)
Destacada en el rubro Teatro para niños/niñas
PREGONERO 2016
Gricelda Rinadi (narradora)