jueves, 14 de septiembre de 2023

EL LUGAR EQUIVOCADO


Horacio Quiroga, coloso del cuento latinoamericano, escribe el relato, publicado en el diario La Nación, en 1920, y en el libro El desierto, en 1924, desde su enorme conocimiento de la selva misionera y fascinado por ésta, donde se instala complacidamente y por elección, hasta su trágica muerte. En línea con escrituras geniales, Mauricio Kartun echa mano del texto, a pedido de la Universidad Nacional de San Martín, para construir la versión escénica, que tiene su puesta en escena en 2015, bajo el título Salvajada, con dirección de Tito Lorefice y Hernesto Mussano en una recordada y valiosa versión con actores y títeres. 
Hoy, es Luis Rivera López quien penetra en el texto, con la claridad de un felino a la hora de atrapar su presa, acompañado por la impecable produción del Teatro Nacional Cervantes. Pero ¿cómo mostrar a Juan Darién, de manera de no alterar su esencia, de no caricaturizarla, cómo desentrañar un personaje que muta de lo animal a lo humano y de regreso a su identidad? Y por añadidura, ¿cómo invitar al espectador a reflexionar sobre las distintas lecturas sobre el salvajismo de un hombre cercano, contemporáneo? Tamaña tarea.
El trabajo de Rivera López es el de un artista investigador, vestidura que porta desde el mismo nacimiento de su Grupo de pertenencia, el emblemático Libertablas. El director ingresa en el relato y descubre su oscuridad, con todas sus verdades, atroces. Se vale de un elenco de actuaciones que bajo su batuta, lucen un desenvolvimiento francamente coreográfico. Danzan sus textos con sus cuerpos. Se une en este punto, la labor de Marina Svartzman, que descifra la potencialidad corporal de los actuantes, en la búsqueda de la máxima expresión.
Salvajada ostenta un gran equilibrio entre la actuación y la interpretación titiritera, esta última acontece en la figura de la Pitonisa, encarnada por la gran actriz Mónica Felippa, como extensión de ésta. Es la serpiente que conoce los misterios de la vida, por tanto, es  omnisciente y se señorea sobre todo el escenario y aún más. Narra para el público y es muy próxima a Juan Darién. Lo resguarda. 
Vuelvo al títere, que también aparece en el comienzo de la obra y de la mano de Pablo Mariuzzi, como aquel cachorro de yaguareté que a través de un amor maternal, cobra forma humana. Más tarde, el títere reaparece y se queda para decir, bajo las formas de los siameses albinos, la mujer barbuda y el hombre rata, figuras que por distintas, hacen lazo con Juan, pero que al no tener pares, son condenadas a ser rarezas en la espectacularidad de la carpa de un circo. Alejandro Mateo pone su sello en el diseño; la construcción y manipulación esculpen las formas. 
Como contrapartida, Juan sí tiene la chance de salir del lugar equivocado, sí tiene un atajo para ser libre. Pero ¿qué representa el personaje de Quiroga, enriquecido por Kartun y construido por Rivera López?
Es el diferente, del que poco se sabe. Un día llega asustado y perseguido, a la casa de la joven viuda de Darién -Valentina Bassi-, en pleno duelo por su bebé muerto, a causa de la viruela que vació el pueblo. Su maternidad, intacta, lo adopta y el cuento fantástico lo humaniza.
El ritual de bienvenida al pequeño tigre, en el intercambio sanador de una vida por otra, es un pasaje conmovedor, interpretado por las actrices Mónica Felippa Valentina Bassi. 
Entre tanto, Juan crece, lo fortalece el afecto, inmenso. Asiste a la escuela y se compromete a no enojarse nunca, a acallar su instinto, ignorante de su origen. Error feroz. 

Valentina Bassi y Pablo Mariuzzi: 
madre e hijo tigre

Cierto día, después de tanta burla en el aula, de sus compañeros, por el pelo áspero, desmesurado, y la timidez consabida, Juan comienza a mostrar con inocencia, sus "rayas negras". Más tarde, cuando el Ministerio de Educación se representa en la figura provocadora del inspector, su fuerza bestial se vuelve más evidente y el temor de los otros frente al diferente, los torna salvajes. El boca a boca implacable, lo apedrea. 
Es interesante al comienzo de la función, cómo el objeto plantea el conflicto entre civilización y barbarie: el rumor se acrecienta en el interior de las casas, que desfilan de la platea al escenario, señalando la voracidad del otro.
Pablo Mariuzzi es Juan Darién y lo compone de modo extraordinario. Transmite al espectador una paleta de estados que lo atraviesan certeramente, que comparten con él. Enjaulado, una expresividad animal se dibuja, desde su larga y esbelta silueta. Teatra fantásticamente el texto y su sentido. Por cierto, en la escena del circo, cuando lo atrapan y queda en cautiverio, el actor se luce espléndidamente, en ese encuentro con su propia identidad. Por su parte, Carlos Belloso interpreta al inspector y domador de fieras y lo logra en actuaciones potentes, que manifiestan la hipocresía y la crueldad.
"Soy de la capital pero sé comprender bien las realidades de tierra adentro... O de campo afuera... Nunca sé muy bien donde ponerlos a ustedes...", dispara desde su rol vigilante, marcando distancias entre él y los otros, presumiendo con el aroma de su colonia, "La Franco Inglesa", empapada en su pañuelo, como signo de correspondencia a un otro estamento. Luego, los latigazos sobre Juan resuenan en la butaca, reconfirmando los dotes actorales de ambos intérpretes.

Carlos Belloso: botas charoladas, levita 
y perros cazadores para el domador

A Juan le tira la selva, la corrida, el arroyo, el olor a barro húmedo a la altura de sus bigotes. Esta verdad lo libera. El yaguar ingresa al salto de agua, como sugiere Anaconda; el movimiento sutil de telas, con sus transparencias, lo reciben y bautizan. Es ésta una escena sublime. Ya en el monte, con los suyos, no hay nombre, los tigres no lo tienen. La ceremonia de enterrarlo junto a la tumba de su madre, aquella que no le dio la vida pero sí su bondad, está escrita.
La puesta deposita en la máscara un recurso eficaz, que no necesita de la palabra; la iluminación la potencia. En la oscuridad de la selva, sólo vemos los rostros de la manada y su fulgurante mirada, con sus movimientos ondulantes, espaciados y precisos, para sobrevivir el gatillo humano. 
"... Donde no ha habido respeto termina siempre habiendo miedo". 
La frase se sumerge en la Sala María Guerrero hace eco en el espectador. El maltrato genera siempre una consecuencia.
El público que, desde el estreno, colma la Sala de jueves a domingo, aplaude largamente, se pone de pie, se emociona. Probablememte, proyecta su propia oscuridad, sin embargo, hay algo más, inefable. El espectador comprende todas las capas de lectura del texto, metafórico, formidable. Por un lado, Juan Darién puede ser otro, puedo ser yo, quien está a mi lado. Cualquier rasgo distintivo puede despertar la salvajada de un conjunto de "iguales", por un rato. Lo dice la canción: Ni ojo por ojo, ni diente por diente, la culpa siempre es del diferente.
Por el otro, Juan Darién descorre lo brutal en lo humano, dicho de otro modo, hace visible la ferocidad que acometen los hombres, cuando los gana el miedo. La revelación es imponente. Entonces, la emoción tal vez provenga de esta sensación colectiva, que nos une brevemente.
A más de cien años de su creación, el cuento quiroguiano sigue vigente y el teatro lo actualiza. ⧫

👏 IMPONENTE
      Por Patricia Lanatta

➥SALVAJADA
Dramaturgia/
Mauricio Kartun, a partir del cuento Juan Darién, de Horacio Quiroga

Elenco/
Valentina Bassi, Carlos Belloso, Mónica Felippa, Diego Ferrari, Carolina Guevara, 
Pablo Mariuzzi, Gustavo Masó, Julieta Rivera López, Carolina Tejeda, Blanca Vega

Diseño de iluminación/
Jorge Rivera López

Dirección musical y música original/
Daniel García

Diseño de escenografía, vestuario y títeres/
Alejandro Mateo

Realizadores de títeres/
Jorge Crapanzano, Juan Bernabé Castillo, Manuela Mateo, Guillermo Bechthold,
Francisco Sánchez Recondo

Preparación vocal/
Fernanda Lavia

Preparación fíisca y coreografía/
Marina Svartzman

Coordinación de talleres y realización, supervisión y mantenimiento de títeres/
Andrés Manzocco

Coordinación artística general/
Sergio Rower

Dirección y puesta en escena/
Luis Rivera López

Asistencia de dirección TNC/
Marcelo Méndez, Alejandro Pellegrino

Producción TNC/
Silvia Oleksikiw

Producción en funciones/
Anabella Zarbo Colombo

Fotografía/
Gentileza TNC/ Mauricio Cáceres

Funciones/
De jueves a domingo, 20 h.

Teatro Nacional Cervantes
Libertad 815, CABA

Entradas/

martes, 15 de agosto de 2023

ENTRE MIRADAS


Pasado el esperado y galopante receso invernal, con la tradicional y variada oferta de espectáculos para las infancias, adolescencias y familias, es saludable revisar cuáles propuestas arribaron y se instalaron -aunque brevemente- en Buenos Aires, tanto en la capital como en la provincia, y qué huella dejaron. Tal es el caso de Cosas de Payasas, del Grupo misionero Ton y Son
La propuesta es una adaptación de Gricelda Rinadi, del consagrado texto de Claudio Martínez Bel, narrado desde una perspectiva de mujer, abriendo una paleta de sentidos que ponen en diálogo a dos payasas entrañables con la niñez. Ante todo, las protagonistas son madre e hija y, si bien recrean la poética del circo, apuestan a construir los matices de su vínculo. Tonieta posee toda la expertise y con ternura, se regodea en sus saberes. Titina quiere aprender el oficio y lo intenta insistentemente, con errores y aciertos, comodidades y picardías. Cuando aún no está lista, todo el peso del equipaje artístico recae en Tonieta: una imagen elocuente y graciosa, altamente celebrada por el público.
La escenografía plantea una carpa en algún lugar, en cierto pueblo, y apela a la simplicidad. El diseño de iluminación es sugerente y nos invita a imaginar. El vestuario carga biografía, tradición y gran detalle: en la puntilla, la flor, el sombrero, el zapato de tacón, el pomposo maquillaje. Hay feminidad en la edificación de los personajes, también en el lenguaje. Esta es una marca del espectáculo, precisamente por la suavidad con que se acerca al pequeño espectador. Sin prisa, el relato avanza con ese tono, manso. El humor y la poesía transitan en cada rutina que mamá payasa enseña y Titina imita. 
Como en toda relación, el crecimiento en cada quien quiebra "felizmente", la endulcorada monotonía. Una cede territorio conquistado; la otra lo toma con su impronta. Entonces, ya no pueden convivir dos sombrillas iguales y diminutas para acometer el gag. Cada una desplegará sus recursos por elección, portará su propia valija, mágica. Una delicada bailarina dejará atrás el zapato de tacón. 
La puesta pone el foco en el espejo como símbolo, para reflectar hacia el público, los estados que van mutando en la relación: la preparación para salir a escena, la frustración, el aburrimiento, enojo, el descubrimiento. Este último, fundamental para que el vínculo entre ambas crezca. Ciertamente, Tonieta y Titina desnudan sus lazos en escena, ventilan sus "cosas", aquello que sólo acontece en la intimidad. Por tanto, dialogan como payasas, entre miradas y gestualidades.
El Grupo de Posadas tiene un bello recorrido por el universo de las infancias. Se transparenta en el enorme respeto con que se dirige a la platea. Gricelda Rinaldi coordina y "acuna" desde hace quince años, el precioso Tutú Marambá, Festival Internacional de Artes Escénicas dedicadas a la niñez, que de manera gratuita, reune a los pobladores con artistas del mundo.

Gricelda Rinaldi es Tonieta

De vuelta a la versión, podemos leer la intención de construir el espectáculo como si se alojara en un otro espacio, con pausa, silencio, levedad. Las payasas dibujan sus rutinas con delicadeza y las comparten con el público. Florencia Piccilli es poseedora de una notable ductilidad corporal; por momentos, sus largas y esbeltas piernas se mueven con la elegancia de un cisne. Su personaje -desde el inicio, aunque todavía no lo sepa- tiene mirada de payasa. Los ojos dicen más que su texto.
Simplemente, son mujeres que transmiten el espíritu clownesco, con su inocencia, torpeza, sencillez, gracia e ilusión. No veremos acrobacias, no nos prometerán números de alta tensión, tampoco nos contarán una historia. Sin embargo, el espectáculo atrapa. No faltará la mesa pequeña, con sus tazas de té; la caída, el miedo, la competencia (con baldes de pintura), la reconciliación. Hay mucho empeño al servicio de la mejor lección pero también, tozudez, rasgo aceptado y aplaudido por la audiencia. Reflejado en la escena: la madre llega impecable, con sus zapatos rojos y vestido zambullido en puntillas de antaño. Lleva el orgullo de ser quien sabe ser. Marca la rutina y da vuelta la página. 
La canción interviene para profundizar este dibujo y goza de las letras y la música de dos grandes conocedores de las infancias: Silvina Reinaudi y Carlos Gianni. Entonces, la canción completa el periplo de las actrices, que además, son madre e hija en la vida real. Este detalle no es menor, es un enlace invisible que en algún momento, se expresa, como el estreno de la nariz roja, esa vez primera, bautizado por mamá payasa.
Durante todo el espectáculo, ambas crecen y el legado se consuma. Cuando Titina aprende,  ambas ríen y ríe la platea también, que como en la vida misma, se espeja en la propuesta. La línea inexorable del tiempo pone sabiduría en la discípula y desmemoria en la maestra,  descorre el final de todo aprendizaje: el vuelo propio. 
La versión integró la programación del Centro Cultural Espacios, Kirchner y Timbre 4. En cada escenario dejó la huella de la inteligencia a la hora de tejer vínculos. ⧫

👏 ÍNTIMA
      Por Patricia Lanatta

➥Cosas de Payasas
Adaptación del texto Cosas de Payasos, 
de Claudio Martínez Bel/
Gricelda Rinaldi
Intérpretes/
Florencia Piccilli, Gricelda Rinaldi
Diseño de vestuario/
Florencia Piccilli
Diseño de iluminación/
Hernán Dávalos
Música/ 
Carlos Gianni
Letras de canciones/
Silvina Reinaudi 
Fotografía/
Gentileza Grupo Ton y Son
Dirección/ 
Gricelda Rinaldi

Edad sugerida/
Desde 3 años

Premios
ATINA 2016 (Asociación de Teatristas Independientes para niños/niñas
 y adolescentes)
Distinguida en los rubros/
Espectáculo para niños/niñas
Interpretación femenina (Florencia Piccilli)
Interpretación femenina (Gricelda Rinaldi)
Dramaturgia
Dirección
Música
Diseño de vestuario
Diseño de iluminación

TEATRO DEL MUNDO (Universidad de Buenos Aires)
Destacada en el rubro Teatro para niños/niñas

PREGONERO 2016
Gricelda Rinadi (narradora)